«La única forma de garantizar mayor seguridad, menos robos, menos delincuencia común es controlando el expendio de bebidas alcohólicas, la contaminación sónica y teniendo mejor patrullaje, y una mejor colaboración de todos», reiteró la ministra en el fin de semana.
Las medidas han generado rechazo en algunos sectores, donde ciudadanos consideran que la incautación de bocinas y equipos de sonido no ha reducido la delincuencia. Yeuri Luis Feliz cuestionó la efectividad de estos operativos, señalando que “incautan bocina, incautan carro, incautan radio, equipos musicales y como quiera la delincuencia sigue igual”.
Otros han denunciado que los operativos han traído consigo excesos por parte de las autoridades. Carlos Báez expresó su inconformidad, afirmando que “están abusando, eso es lo que estamos viendo, mucho abuso con el ciudadano”, y agregó que ingresar a una propiedad privada sin orden judicial representa una violación de derechos.
Ante la controversia, algunas voces han planteado que la educación en el hogar debe ser una prioridad en la lucha contra la inseguridad. Ricardo Castro enfatizó la importancia de la formación en valores desde la familia, relatando que, en su caso, siempre le enseñó a su hija a devolver cualquier objeto que no le perteneciera.
Pese a las críticas, Raful defendió los operativos, asegurando que han permitido una reducción de 1,200 casos de robo en comparación con el año pasado. Mientras tanto, el debate continúa sobre si estas estrategias son suficientes o si se deben aplicar medidas adicionales para mejorar la seguridad en el país.
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