Aunque la ansiedad sea un trastorno psicológico, no podemos olvidar que las emociones están íntimamente ligadas a la salud física. ¿Cómo puede manifestarse la ansiedad en el cuerpo?
La ansiedad es un trastorno psicológico descrito como una respuesta de anticipación involuntaria ante estímulos internos o externos, como los pensamientos y determinadas situaciones de la vida cotidiana. ¿Sabías que es posible identificar diversas señales físicas de la ansiedad?
Este conjunto de reacciones físicas y mentales suele aparecer al atravesar situaciones de peligro o estrés, o bien al darse algunos cambios hormonales. En cada persona se manifiesta de diferentes formas, en función de su origen y capacidad para manejar las emociones.
Si bien a menudo la ansiedad se da de forma pasajera, en algunos pacientes se convierte en un problema crónico y recurrente. Lo más preocupante es que muchos ignoran que lo padecen y no toman las medidas necesarias para hacerle frente a los efectos que esta condición origina.
La ansiedad y sus señales físicas
Sigmund Freud señaló en su momento que las personas experimentan tres tipos de ansiedad. La primera es aquella que se relaciona con un miedo real y objetivo. La segunda, sin embargo, no tiene un estímulo objetivo, sino que se trataría más bien de ese estado mental en el que las preocupaciones y la angustia llevan a estados de gran sufrimiento.
El último tipo de ansiedad tendría que ver, según Freud, con un estado neurótico, o con lo que ahora podríamos definir como ansiedad nerviosa. Este estado de activación tiene como particularidad preparar al organismo para defenderse de una amenaza, sea real o no.
Esa activación puede ser positiva en un momento dado: nos permite poder reaccionar mejor ante determinadas circunstancias. Ahora bien, tal y como explica un estudio publicado por Annual Review of Clinical Psychology, cuando la ansiedad se mantiene a lo largo del tiempo, puede conducir a enfermedades psicosomáticas y otras molestias asociadas.
Los cambios hormonales —como la subida del cortisol— que genera un cerebro ansioso pueden ser a menudo muy intensos. Por ello, es conveniente contar siempre con ayuda experta y profesional en estos casos.
Por lo comentado con anterioridad, es importante conocer las señales de alerta de la ansiedad y estar al tanto de ellas, a pesar de que parezcan comunes. A continuación, queremos compartir las 10 principales para que no dudes en atenderlas antes de que se convierten en un problema mayor.
1. Dolor en el pecho
Según una investigación publicada por Emergency Medicine Journal, los dolores en el pecho son muy habituales en las personas con ansiedad. Muchas veces, estos se originan por la tensión muscular.
Aunque algunas veces son tan fuertes que se confunden con los de un ataque al corazón, pero en realidad suelen ser momentáneos y no conllevan a situaciones tan complicadas. No obstante, se recomienda siempre la consulta con el médico.
2. Nudo en la garganta y dificultad para respirar
Este síntoma, conocido con el término de «bolo histérico», se produce por la contracción que sufren los músculos de la garganta ante la aparición de la ansiedad y el estrés.
Tal y como se explica en un estudio de 2005 que publicó la Revista Mexicana de Neurociencia, se trataría de un trastorno somatomorfo muy común en la ansiedad. La principal característica es sentir la garganta atorada y tener dificultades para deglutir los alimentos.
Asimismo, un estudio publicado por Respiratory Medicine confirma el vínculo estrecho que existe entre el estado psicológico de una persona y los síntomas respiratorios. Entre ellos, se incluye la dificultad para respirar como una de las señales físicas de la ansiedad.
3. Transpiración excesiva
El Servicio de Salud Nacional del Reino Unido (National Health Services) cita a la transpiración excesiva como un síntoma común en una publicación sobre el trastorno general de ansiedad.
La transpiración es una reacción normal del cuerpo y, de hecho, es necesaria para mantener la temperatura corporal a un nivel adecuado. Sin embargo, durante los periodos de ansiedad, se altera la actividad de las glándulas sudoríparas y, como consecuencia, se produce transpiración en cantidades excesivas o anormales.
4. Dolor en los hombros y cuello
La tensión muscular que se percibe durante las crisis de ansiedad tiende a afectar de forma directa zonas sensibles como los hombros y el cuello. Un estudio publicado por BMC Musculoskeletal Disorders sitúa a la ansiedad como uno de los principales causantes de los dolores de cuello.
5. Problemas digestivos, otra de las señales físicas de la ansiedad
El aparato digestivo tiene una fuerte conexión con los estados emocionales. Por lo tanto, al tener un episodio de ansiedad, pueden darse varias dificultades en su funcionamiento.
La indigestión, la producción excesiva de jugos ácidos y el estreñimiento son condiciones que aquejan a las personas ansiosas, tal y como explica un estudio que publicó The Journal of Clinical Psychiatry.
6. Alteraciones cutáneas
Los periodos de ansiedad también suelen afectar el cuerpo a nivel estético, dado que conducen al desarrollo de algunas alteraciones cutáneas notorias.
Estudios como uno publicado por Clinical Pharmacology destacan que la conexión entre las emociones, el cerebro y la piel es muy estrecha, tanto que es común que origine las siguientes condiciones:
- Inflamación cutánea.
- Envejecimiento prematuro.
- Erupciones en el rostro, manchas y exceso de sequedad, síntomas comunes de aquellos que están atravesando un desequilibrio emocional.
Por lo general, estos síntomas se notan en la cara, pero también llegan a afectar los brazos, la espalda y otras partes del cuerpo. Siempre es recomendable consultar con un especialista para tratar estos problemas de la manera adecuada.
7. Sensación de hormigueo
La sensación de debilidad y hormigueo en las articulaciones es una consecuencia de la hiperventilación. Esta es una respiración rápida y profunda que se produce como respuesta del cuerpo ante situaciones que le generan estrés y ansiedad.
Como explica una publicación de MedlinePlus, la hiperventilación lleva a la acumulación de dióxido de carbono en la sangre de las extremidades, la cual se produce por la disminución en el proceso de oxigenación.
8. Insomnio
De acuerdo con el artículo del NHS citado con anterioridad, el insomnio y otros trastornos del sueño están entre los efectos más inquietantes y comunes en aquellos que sufren ansiedad.
Tener dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos casi siempre tiene que ver con los problemas emocionales que se están atravesando. Su agravante es que, con los días, origina otras reacciones físicas y mentales que afectan la calidad de vida.
9. Dolor en los ojos
Durante la ansiedad, algunos fluidos corporales disminuyen o son desviados hacia otros tejidos que los requieren. Esto conduce a una disminución en la lubricación natural de los ojos, que les puede ocasionar enrojecimiento, irritación y sequedad. Una investigación publicada en Current Eye Research comprueba la relación entre estas dos afecciones.
10. Migrañas
Los dolores de cabeza fuertes como la migraña tienen un vínculo muy cercano con los periodos largos de ansiedad. La tensión y los problemas de circulación suelen ser los responsables de este síntoma tan limitante. Según una publicación reciente de WebMD, todavía no se ha comprobado el vínculo exacto entre estas dos patologías.
Identifica y reacciona ante las señales físicas de la ansiedad
¿Has padecido alguna de estas señales? Si es así, es recomendable que te convenzas de algo: hay que tomar medidas para controlar este desequilibrio emocional.
Practica técnicas de relajación y respiración, realiza cambios en tu estilo de vida, adopta una alimentación saludable para hacerle frente de forma efectiva y, lo más importante de todo, solicita ayuda experta. Nadie mejor que un especialista para indicarte cómo lidiar con estos estados y superarlos.
Fuente:mejorconsalud.as.com
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