Asimismo, con la creación de esta efeméride se pretende divulgar información y generar conciencia en las mujeres embarazadas acerca de los riesgos y los efectos nocivos del consumo de sustancias alcohólicas durante el embarazo y la lactancia.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a los gobiernos y naciones a aplicar medidas que contribuyan a disminuir el consumo de alcohol. Por otra parte, no se ha establecido una cantidad de alcohol mínima para asegurar un embarazo saludable, siendo la única recomendación evitar la ingesta de sustancias etílicas.
¿En qué consiste el Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF)?
El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) es un conjunto de patologías que afectan el normal desarrollo del feto durante el embarazo, ocasionadas por el consumo de alcohol durante la etapa prenatal, dado que los niveles de alcohol en la sangre de la madre pasan a través del cordón umbilical.
Esta condición afecta el desarrollo físico, mental, cognitivo e intelectual del recién nacido, constituyendo la primera causa prevenible y no genética de retraso mental en el individuo.
Una de las formas más severas de este trastorno lo constituye el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF), con las siguientes características:
- Malformaciones morfológicas (defectos craneofaciales).
- Retraso en el crecimiento.
- Alteraciones del sistema nervioso central (alteraciones cognitivas, conductuales, de socialización y del aprendizaje).
El grado de afectación de este trastorno dependerá, en buena medida de factores tales como la predisposición genética y la cantidad de alcohol ingerida.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF)
Los principales síntomas del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) son los siguientes:
- Deficiencias en el crecimiento del feto en el útero y después del nacimiento.
- Baja talla y peso corporal.
- Disminución del tono muscular.
- Problemas de aprendizaje.
- Rasgos faciales anormales.
- Miopía.
- Retrasos en el habla y el lenguaje.
- Hiperactividad.
- Retraso en los hitos del desarrollo.
- Bajo coeficiente intelectual.
- Dificultades con el sueño y la succión.
- Problemas visuales y auditivos.
El diagnóstico de este trastorno es determinado por un médico especialista, mediante la observación de los signos y síntomas del niño, así como precisar si la madre consumió alcohol durante el embarazo.
El tratamiento de esta patología consiste en la prescripción de medicamentos para tratar algunos síntomas, consultas médicas de seguimiento, terapia de comportamiento y educacional, así como capacitación a los padres.
No existe una cura para esta patología, aunque la prevención del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) es muy sencilla: evitando el consumo de alcohol durante el embarazo y desde el momento en que la mujer decide concebir un hijo.
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