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12 de octubre de 1492 el gran descubrimiento de América



¡TIERRA A LA VISTA!

El 12 de octubre, Día del Pilar, de la Fiesta Nacional y de la Hispanidad se celebra para conmemorar la llegada, hace más de 500 años, de un grupo de exploradores a las costas de América en el descubrimiento de un nuevo continente. Gracias a Cristóbal Colón y al mecenazgo de los Reyes Católicos cada 12 de octubre no se trabaja en España.

A principios de octubre se vieron bandadas de aves, y la noche del 11 al 12 de octubre se dio el ansiado grito de "¡Tierra!". Era la isla de Guanahaní, bautizada por Colón como San Salvador e identificada con la actual Watling, una de las Bahamas. El navegante siguió su periplo por las islas de este archipiélago -Santa María de la Concepción (Rum Cay), Fernandina (Long Island), Isabela (Crooked Island), antes de arribar a Juana (Cuba) el 28 de octubre. 

El 6 de diciembre llegó a La Española. El día 24 del mismo mes la Santa María encalló a la altura del actual cabo Haitien y sus restos sirvieron para construir un pequeño fuerte, bautizado como Navidad.


Por fin, el 16 de enero de 1493 Colón ordenó el regreso. Tras superar las Azores y después de una breve escala en Lisboa, la armada fondeó de nuevo en Palos de la Frontera el 15 de marzo. Una aventura que abrió las puertas de América a los europeos. Una peligrosa empresa que cambió el mundo, que cambió la historia para siempre.

Aunque no fue fácil armar los barcos y reclutar a la tripulación, Colón pudo echarse finalmente a la mar el 3 de agosto al frente de tres naves, la Santa María, la Pinta y la Niña. Tres naves cargadas de provisiones, marineros y esperanzas de encontrar una nueva ruta comercial que cruzara el Atlántico.

La primera, la capitana, era una nao, mientras que las otras dos eran carabelas. Las naos eran barcos de tres mástiles y velas cuadradas, de tradición atlántica; pesadas y robustas, resultaban muy aptas para navegaciones largas. Por su parte, las carabelas eran más ligeras y maniobrables, tenían dos o tres palos que se solían aparejar con velas latinas.


Así pues, después de hacer escala en las Canarias, el 6 de septiembre la armada tomó rumbo al oeste. El almirante calculaba que la distancia hasta Cipango (Japón) sería de unas 700 leguas, por lo que cuando se superaron las 800 sin avistar tierra hubo de afrontar el descontento de sus hombres, deseosos de abandonar una aventura que cada vez parecía más temeraria.



El 6 de diciembre llegó a La Española. El día 24 del mismo mes la Santa María encalló a la altura del actual cabo Haitien y sus restos sirvieron para construir un pequeño fuerte, bautizado como Navidad.

Por fin, el 16 de enero de 1493 Colón ordenó el regreso. Tras superar las Azores y después de una breve escala en Lisboa, la armada fondeó de nuevo en Palos de la Frontera el 15 de marzo. Una aventura que abrió las puertas de América a los europeos. 


Una peligrosa empresa que cambió el mundo, que cambió la historia para siempre.


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