Esto quedó demostrado el pasado 4 de octubre, cuando millones de personas se frustraron al apagarse estos tres servicios durante seis horas.
Una frustración que, en sus ejemplos extremos, hay quien se atreve a compararlo con un síndrome de abstinencia como el que se sufre al dejar las drogas, el alcohol o el tabaco.
En este marco, el especialista supone esta situación y asegura que “el móvil es la heroína del siglo XXI”. Por este motivo, dedica parte de su trabajo a dar terapia en clínicas de desintoxicación para adictos a la tecnología.
Para Masip, esta es una rehabilitación que puede llegar a ser incluso más difícil que la de las drogas, “porque todo el mundo ya tiene asumido que estas son malas, mientras que las nuevas tecnologías todos las utilizamos sin conocer cuánto daño pueden hacer”.
Respecto a la caída de las redes sociales a principios del mes de octubre, el psicólogo aseguró al medio BBC Mundo: “La gente enloqueció cuando en realidad no pasaba nada. Estamos todos un poco perdidos.
Las adicciones son todas adicciones y no hay mucha diferencia entre la adicción a las drogas y al teléfono móvil”. Y añadió: “Es verdad que las drogas no se pueden usar bien y el teléfono móvil sí. Eso es una ventaja”.
“Cuando no disponemos de la tecnología, como pasa cuando se cae Whatsapp o Facebook, a todos nos entra un malestar, un síndrome de abstinencia.
La comparación con la heroína me parece buena porque no somos conscientes aún de todo el daño que puede llegar a hacer”, expresó para trazar un paralelismo entre ambos puntos.
“Cuando se empezó a consumir la heroína, no se sabía qué tan mala era y al final murió mucha gente. Esperemos que ahora no sea así, pero hay gente que muere porque utiliza el celular hasta cuando conduce”, concluyó.
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