Los profesionales de la conducta humana expresaron preocupación por el contenido explícito de la música urbana ha ido normalizando el erotismo, la violencia contra la mujer, además de otros factores que abonan conflictos sociales.
Las letras de esas canciones reflejan la necesidad de generar cambios que se requieren.
«El tema es el mensaje que se está llevando (…) la música tiene un impacto en la conducta humana y más en nuestros adolescentes, etapa en la que desarrollan factores importantes de su vida», expresó.
Ana Simó entiende que la tarea de preservar valores no debe dejarse al Estado, por lo que llamó a los padres a supervisar la música que sus hijos consumen para prevenir y corregir posibles distorsiones.
De su lado, el presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, Ángel Almánzar, consideró que la apuesta de lo que configura la actual coyuntura es la de desintegrar la sociedad.
«Si los entes sociales, si el Estado, si estructuras como la Cámara de Diputados no abordan con responsabilidad estos temas, van a desintegrar la sociedad», expresó.
Alertó para que se actue con autoridad ante la situación con respeto a los derechos humanos y la ética, «porque de lo contrario podríamos vernos en el espejo de otras sociedades».
Sobre artículo 123 del Código Penal
En el encuentro con los miembros de ambas comisiones, los presidentes de los gremios médicos expresaron observaciones a los párrafos I y II del artículo 123 del proyecto de reforma del Código Penal.
«Un asunto es el maltrato físico, el daño físico y otra cosa es educar para la convivencia para hacer ciudadanos», precisó Almánzar.
Dijo que limitar la capacidad de los padres de corregir sus hijos potenciará las problemáticas sociales que mantienen presencia en el país.
«Si no educamos para la ciudadanía a nuestros hijos, entonces tendremos más bandas, más desorden y más problemas sociales», agregó.
La jornada de trabajo de este jueves, estuvo encabezada por los presidentes de las comisiones Permanentes de Medio de Comunicación y de Niñez, Adolescencia y Familia de la Cámara de Diputados, Elpidio Báez e Isabel de la Cruz, respectivamente.
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