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Cambios im­portantes han surgidos con el manejo de medicamen­tos del Covid-19


La infección por el virus SARS-CoV-2, denominada COVID-19 (COronaVIrus Disease 19), fue detectada inicialmente en China en diciembre 2019, y posteriormente se ha diseminado rápidamente por todo el mundo, hasta el punto de que el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró que el brote podría definirse como pandemia. 

La COVID-19 presenta un cuadro que oscila desde episodios leves seudogripales a otros graves e incluso potencialmente mortales debido, sobre todo, a insuficiencia respiratoria aguda.

Desde el inicio de la pan­demia en el 2020, la po­blación asumió como par­te de su rutina diaria el consumo de vitaminas co­mo C, D y minerales como el zinc, entre otras.


A mediados del año pa­sado, los medicamentos más utilizados eran el Re­mdesivir  y Tocilizumab, Dexametasona, anticoa­gulantes, plasma convale­ciente y anticuerpos mo­noclonales y la población.


Cambios im­portantes ha ido tenien­do el manejo medicamen­toso del Covid-19, que­dando fuera del protocolo en los actuales momentos el uso de medicamentos que anteriormente eran los que forman parte del manejo estándar de los pa­cientes con la enfermedad.

Actualmente, an­te la alta circulación de la variante ómicron, cu­yos síntomas son menos agresivos, el doctor Jo­sé Yunen, especialista en medicina crítica y manejo ambulatorio de pacientes con Covid-19, recomien­da un esquema de terapia basado en cuatro pilares, como son un antiviral, un antihistamínico, un anti­coagulante y un medica­mento para la tos.


Explica que en estos mo­mentos dentro de su es­quema de tratamiento pa­ra el paciente que presenta síntomas del Covid-19, es­tá un antiviral, como el favipiravir que funciona muy bien aplicado a una dosis más bajas que en va­riantes anteriores y el uso del antihistamínico como la famotidina que estudios indican que alta dosis pue­de disminuir la carga viral.


Agrega que como toda­vía no hay estudios ni in­formaciones claras que establezcan si la varian­te ómicron tiene tenden­cia de crear trombos o coágulos, se recomienda también aplicar al pacien­te una terapia de coagu­lación, como la aspirina u otro de esa naturaleza en caso de pacientes alérgi­cos, así como un medica­mento para tratar la tos.


Entiende erróneo que a pacientes vacunados y con Covid-19, que se estima sea la variante ómicron, se le esté aplicando medicamen­tos monoclonales de alto costo.

A su entender, hay dos ejes fundamental que se de­ben tomar en cuenta al mo­mento de tratar al pacien­te con Covid-19, siendo lo primero determinar cuán­tas vacunas aplicadas tiene, cuáles y cuándo fue su últi­ma dosis, porque está com­probado que seis meses es hasta un poco tarde para una dosis de refuerzo de la vacuna de cualquier plata­forma que se aplique.


Hidroxicloroquina e ivermectina


Yunen recuerda que du­rante la pandemia se han usado un sin número de medicamentos, algunos re­direccionados y otros enfo­cados para el sarv-cov-2.

Cita la hidroxicloroquina y la ivermectina como dos medicamentos inicialmen­te muy utilizados, pero que ya están descontinuados sa­liendo del esquema de ma­nejo del paciente con Co­vid-19.

Esta semana, agre­gó, que la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos retiró dos terapias de anti­cuerpo monoclonales de la lista de tratamientos apro­bados contra la enferme­dad.


Explicó que esos dos medicamentos, que la FDA señala que no son efica­ces contra la variante ómi­cron, son la bamlanivi­mab y etesevimab -que se administran juntas, de la farmacéutica Eli Lilly- y el Regeneron o REGEN-COV, compuesto por casirivi­mab e imdevimab, y solo recomienda el de la farma­céutica Merk, que es el So­trovimab.

Agregó que los antivira­les como remdesivir intra­venosa y de forma empírica el favipiravir, siguen su uso y que tocilizumab, que fue el salvador desde el inicio de la pandemia, sigue sien­do el inhibidor más poten­te, siendo un marcador que predice la tormenta de cito­quinas.

Hay dos medicamentos aprobados, agregó que se siguen usando, como son el Paxlovid, que es una mez­cla de dos inhibidores de proteasa y el Molnupiravir, lo que evita que el virus se continúe replicando.


Fuente:theconversation.com

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