Cada vez que una persona se infecta, hay un período de incubación, que es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad. Con el COVID-19 hay casos de personas que adquieren la infección, pero no tienen síntomas.
La variante Ómicron es una variante más transmisible y generó un aumento explosivo de casos en la mayoría de las ciudades en las que hay transmisión comunitaria. Ya se registraron más de 312 millones de casos de COVID-19 en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Desde noviembre fue creciendo la circulación de Ómicron hasta volverse predominante y está desplazando a Delta.
En cuanto a su transmisión comunitaria, Ómicron tiene un tiempo de duplicación de entre 2 y 3 días. Si una persona hoy se contagia la variante Ómicron, debe tener presente cuánto tiempo dura la infección y que puede contagiar a otros.
Desde el inicio de la pandemia se consideró que el período de incubación de la infección por el coronavirus puede oscilar entre 1 y 14 días, y en promedio alrededor de 5 días.
Por esta razón, se exigía que las personas que habían estado en contacto estrecho con un caso confirmado debían aislarse más de 10 días.
En el caso de la gripe, en cambio, el período de incubación es 2 días en promedio y oscila entre 1 y 7. Con Ómicron, el período de incubación es de dos a tres días.
Los síntomas más frecuentes del COVID-19 son fiebre de 37,5°C, tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria, rinitis/congestión nasal, dolor muscular, cefalea, diarrea o vómitos (Getty)
En esos casos, hay que aislarse y consultar al sistema de salud de la localidad donde la persona se encuentre.
¿Y cuándo deja de contagiar el virus la persona afectada? “Hoy, en base a la evidencia disponible, se sabe que el 97% de las personas con COVID-19 dejan de transmitir el coronavirus después de 7 días del inicio de los síntomas.
Este cambio se debe a que circula la variante Ómicron y a que una mayor proporción de la población ya está vacunada completamente.
Al estar vacunada, se reduce el riesgo de que esa persona contagie el virus si se llegara a infectar”, explicó a Infobae el doctor Javier Farina, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y jefe de infectología del Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta, en Cañuelas, provincia de Buenos Aires.
Quiere decir que unos siete días después de que aparecieron los síntomas la mayoría de las personas ya no serán contagiosas. Eso sucederá siempre y cuando ya no presenten síntomas.
En el caso en que la persona tenga el virus pero no presente síntomas, es decir, que sea un caso asintomático, se considera que deja de contagiar el virus después de los 7 días de haberse realizado la PCR, señaló el doctor Farina.
La doctora Karin Kopitowski, directora del Departamento de Investigación, Instituto Universitario Escuela de Medicina, Hospital Italiano de Buenos Aires y presidenta de la Asociación Metropolitana de Medicina Familiar, comentó:
La narrativa de que es solo leve no es verdadera. Tenemos realmente que combatirla. No es tiempo de rendirse.
Tenemos las herramientas que pueden mantener a las personas seguras. Vacunación entre aquellos que están más en riesgo en todo el mundo más usar herramientas para reducir la transmisión. Los dos lados de esa ecuación son muy críticos ahora y necesitamos reforzar esa estrategia integral”
“Actualmente, se considera que la persona con COVID-19 puede contagiar el virus a otras durante 7 días. Por eso, se les recomienda hacer un aislamiento por una semana. En personas completamente vacunadas y asintomáticas, es probable que el tiempo en que puede transmitir el virus sea menor”.
Cumplir con el aislamiento de los 7 días es importante para descansar, recuperarse y cuidar a los demás. Porque el coronavirus se transmite por la cercanía con una persona ya infectada tanto en un ambiente cerrado como al aire libre.
También se transmite a partir de personas contagiadas y puede quedar suspendido en el aire especialmente en lugares con mala ventilación.
Las personas que lo exhalan en gotas o en aerosoles pueden estar contagiadas sin manifestar síntomas. Un hogar en el que las personas pasan muchas horas al día juntas es un lugar privilegiado para que el contagio ocurra.
La variante Ómicron hizo entrar a la pandemia en una nueva fase, con un “tsunami” de casos de COVID-19.
Los servicios de atención médica tienen alta demanda, y hay escasez de tests disponibles tanto en Argentina como en otros países. La jefa técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Van Kerkhove, pidió el miércoles que no se minimice el riesgo del COVID-19 con la variante Ómicron.
Ya se registraron más de 312 millones de casos de COVID-19 en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Desde noviembre fue creciendo la circulación de Ómicron hasta volverse predominante y está desplazando a Delta.
Cada vez que una persona se infecta, hay un período de incubación, que es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad. Con el COVID-19 hay casos de personas que adquieren la infección pero no tienen síntomas.
“Hemos empezado este año con números récords de casos de COVID-19 reportados a la OMS. Más de 15 millones de casos fueron notificados durante los últimos 7 días. Es un récord alto. Tenemos aún con la detección de casos y con la notificación y esto tiene que ver con acceso a los tests” afirmó la epidemióloga Van Kerkhove.
Agregó: “No tenemos acceso adecuado a herramientas que salvan la vida, como pruebas de diagnóstico alrededor del mundo. Continuamos trabajando por eso. Pero eso no tiene en cuenta los desafíos de la vigilancia alrededor del mundo tanto como gente que se hace autotesteos en el hogar y no es registrada. Sabemos que 15 millones es una subestimación”.
Con respecto a los fallecimientos, hubo más de 43.000 muertes reportadas a OMS. “Por lo tanto, observamos un cambio importante entre el número de casos y una proporción menor de personas que están muriendo.
Tenemos aún 43.000 personas que han muerto durante los últimos siete días solamente, y cada uno de esos casos es una tragedia”, remarcó Van Kerkhove. Y advirtió al mundo que puede haber más muertes.
“En cuanto Ómicron entre y circule entre las poblaciones vulnerables, observaremos un incremento de hospitalizaciones y fallecimientos. Por lo tanto, por favor, traten a este virus tan seriamente como debe ser considerado. No es para asustar a nadie, pero la narrativa de que es un resfrío común no es verdadera -alertó-.
Trabajada por: Joana Mercedes
Fuente: medicinaysaludpublica.com
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