Es una mezcla de tristeza, apatía y frustración con la que no sabemos qué hacer. Hay quien busca culpables fuera, y maldice a la lluvia, a su trabajo o a esa persona que vive a su lado.
Por otro lado, hay quien no hace nada, se queda paralizado, esperando que la situación cambie por sí misma, o lo que es peor, acostumbrándose a sentirse mediocre. Si te sientes estancado te recomendamos que hagas algo para salir de la situación.
Y es que, aunque en nuestra esencia de ser humano, los cambios nos supongan un esfuerzo, lo cierto es que son una oportunidad. Así que, si tu vida está estancada, aprovecha la oportunidad para cambiar y para darle un giro.
A veces, es inevitable experimentar esa sensación de estar estancados. No obstante, saber afrontarlo será determinante para que no se convierta en un obstáculo.
En ocasiones, nos sentimos parte de un círculo vicioso, «siempre lo mismo». Cuando nos preguntan ¿qué cuentas?, la respuesta es uniforme; «no mucho, no hay nada nuevo por contar». A veces, esta sensación de que nuestra vida está estancada nos viene a alertar del tedio, el aburrimiento, la monotonía y la necesidad de pensar en proyectos y desafíos. Veamos qué podemos hacer para afrontarlo.
Antes que nada, recordemos que cada persona tiene formas diferentes de experimentar las emociones. Por eso, sentirse «estancado» puede manifestarse de muchas maneras. A menudo, conlleva a sentimientos de desgano, apatía, automatismo o poca motivación. Es frecuente la frase «todo me da los mismo».
Consejos para salir adelante si sientes que tu vida está estancada
Esa sensación de que la vida está estancada tiende a ser el resultado de la monotonía y de la dificultad para salir de la zona de confort. Por fortuna, implementar algunas estrategias contribuye a superarlo.
1. Identificar cuáles son las áreas en las que te sientes estancado
Hay muchos ámbitos en los que se da esa sensación de estar estancado. Puede ser en lo laboral, en lo profesional o en lo sentimental. Así pues, el primer paso es reconocer cuál es esa área y tomar acción sobre la misma.
Hay que evitar tomar «la parte por el todo», pues se pensará que todo está mal, aunque así no sea. Lo idóneo es mirar con atención, reconocer los logros y trabajar sobre las debilidades.
2. Intentar cosas nuevas
¿Tienes una lista de cosas que te gustaría hacer? Aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento musical, tomar clases de maquillaje artístico… en fin, la lista de intereses puede ser tan infinita como variada.
Organiza un ranking de aquello que deseas intentar y ponte manos a la obra para averiguar tiempos y costos. Innovar con alguna actividad ayuda a fortalecer la creatividad y a conectar con los centros de placer. Rodearse de personas con una buena actitud y proactiva también colabora.
3. Es la comodidad, no la rutina
Sentirse estancado no es culpa de la rutina, sino de la zona de confort; de no animarse a hacer las cosas de otro modo o no permitirse reinventarse. Una buena rutina permite optimizar el tiempo y, de hecho, deja espacio para hacer más cosas.
Así pues, se trata de poder recuperar el porqué de cada cosa que se hace y de dar la posibilidad de hacer cambios. Hay que entender que las personas y las necesidades van cambiando, y es necesario darle lugar a ello.
4. De la queja a la acción
A menudo, las personas tienden a quedarse envueltas en la queja, en las emociones que detonan esa sensación de estar estancados en la vida. No obstante, esto supone permanecer en un círculo vicioso.
Para pasar de un papel pasivo a uno más proactivo, es conveniente empezar por trazar un plan con pequeños pasos, orientándonos hacia la corrección de aquellas cosas que provocan la disconformidad.
5. Recuperar el sentido de los planes y las actividades
Muchas veces, la falta de conexión con las actividades diarias es lo que genera ese pensamiento de estar estancados. Se hacen las cosas por hacer y ya. No hay reflexión sobre por qué se hacen, si gustan o cómo fue que se llegó hasta allí. Responder estos interrogantes incrementa la motivación y cambia esa manera de pensar negativa.
6. Consultar con un profesional
Ahora bien, es importante tener en cuenta que, a veces, la sensación de sentirse estancado en la vida tiene que ver con algún problema mayor. Puede ser la consecuencia de una depresión, de estados de ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo. De ser así, es conveniente acudir al psicólogo.
7. Pensar distinto, estimular la creatividad
A veces, el estancamiento deviene de repetir una y otra vez el mismo «modus operandi». De anular la creatividad. El cambio se logra no esperando grandes «golpes de suerte», sino favoreciendo acciones más pequeñas e inmediatas.
Leer libros nuevos, cambiar el método de trabajo, recorrer la ciudad con ojos de turista… hay muchas cosas que pueden ayudar a cambiar la perspectiva. También es bueno hacer el ejercicio de preguntarse, ¿qué le dirías a otra persona que siente que su vida está estancada? Seguro que fluirán buenos consejos.
8. El cambio no es perder
El cambio es eso, mudar de una cosa a otra. Implica renunciar a cierto estado, pero eso no quiere decir que haya que perder. Es mutar, es transformar. Algunas experiencias se dejan para dar lugar a nuevas. Por ello, hay que mirar el cambio como potencia, no desde su costado negativo.
9. Descansar y cuidar el cuerpo
A veces, la sensación de estar atrapado en una vida estancada tiene que ver con el cansancio extremo. Para poder superarlo, es primordial hacer una pausa, descansar y conectarse con el sentir. Otros hábitos como hacer ejercicio físico y llevar una alimentación sana también ayudan
10. El perfeccionismo lleva a la inacción
Hay que dejar de lado el perfeccionismo y la pretensión de tener todo a punto para empezar. No siempre están dadas todas las condiciones, pero sí hay un «mejor momento». Ser menos exigentes ayudará a dar el primer paso.
Todo tiene su tiempo y su proceso
Muchas veces, se cree que el «estancamiento» es aquello que en realidad solo requiere un cierto tiempo de maduración. Ser respetuosos con ciertos ritmos es determinante para salir de la frustración o de la angustia de la espera. También hay que aceptar que no siempre la energía está al máximo.
Tampoco hay que «dramatizar» el estancamiento. Es algo que le puede ocurrir a todas las personas en determinado momento. Lo importante es saber reconocerlo y tomar acción para superarlo. Animarse al cambio y conectar con los deseos es fundamental.
Por otro lado, hay que tener presente que la imagen que se muestra sobre «la vida ideal» poco tiene que ver con ella. Seguir ciertos estándares solo genera presión y malestar. Así pues, lo mejor es llevar el propio ritmo y considerar solo el estilo de vida que se desee llevar.
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