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Rusia vs Ucrania: ¿cuáles son las consecuencias de la guerra en la salud?


El  mundo se encontró con la noticia del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, en un contexto en el que la salud de la población de la zona fronteriza ya se encontraba debilitada. Vladimir Putin, presidente de Rusia, anunció que sus fuerzas militares iniciaban una “operación militar especial” en Donbás, situada en la región oriental de Ucrania.

La respuesta de Ucrania vino de parte de las órdenes de su poder ejecutivo, que restringió el espacio aéreo, cortó relaciones diplomáticas con Rusia y determinó que los varones entre 18 a 60 años estén disponibles para ser reclutados en la defensa. Desde los países occidentales, los principales representantes de la Unión Europea, de Estados Unidos y de la OTAN han anunciado sanciones inmediatas y de bloqueo económico al país liderado por Putin.

Como toda guerra, el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania tendrá graves consecuencias para la salud de las poblaciones involucradas. En las primeras 24 horas ya se informaron más de 200 bajas y se calcula que unos 100 000 ucranianos emigrarán forzadamente a otros países limítrofes.

Un sistema de salud que ya estaba debilitado

Según informes y reportes de la organización Médicos del Mundo, el este de Ucrania se encuentra con un sistema de salud debilitado desde la intervención de Rusia en el año 2014. La pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación de la población civil residente en esta zona.

Los equipos sanitarios permanentes en Donetsk y Luhansk, dos de las regiones ucranianas que Rusia ha reconocido como independientes esta semana, tienen porcentajes de vacunación contra el coronavirus SARS-CoV-2 muy bajos. En total, se calcula que menos del 40 % de la población adulta de Ucrania está vacunada contra la COVID-19.

Esto va de la mano con el poco personal médico que está activo en la región. Aproximadamente, el 60 % de los médicos del este de Ucrania está en edad de jubilarse. Y ni siquiera con ellos se llegan a cubrir los requerimientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 23 profesionales de la salud por cada 10 000 habitantes.

Las estructuras edilicias destinadas a la atención sanitaria están colapsadas en Donetsk y Luhansk. Desde hace 8 años el conflicto ha estado latente y sucesivos ataques han derribado edificios que se utilizaban para atender a los ciudadanos.

Soldados en guerra.
La guerra entre Rusia y Ucrania se asienta sobre un terreno ya complicado para la atención sanitaria.

Los efectos inmediatos de la guerra en la salud

Como ya dijimos al principio, el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania deriva en una guerra, y esa guerra tiene consecuencias terribles para la salud de las poblaciones. Lo más evidente son las lesiones que se producen por el uso del armamento.

Casi siempre hay que considerar a estas lesiones en el marco de un sistema sanitario deficiente. Es imposible que los centros hospitalarios funcionen con su capacidad completa si se encuentran en zonas bajo constantes ataques y bombardeos.

Aunque existen convenios internacionales y tratados que limitan el uso de la fuerza armada contra el personal de salud en medio de guerras, lo cierto es que las organizaciones no gubernamentales de ayuda han denunciado con frecuencia que esto no se respeta. De hecho, la fijación de hospitales como objetivos militares ha despertado críticas y denuncias en los últimos años.

A la par, la accesibilidad a los servicios básicos de saneamiento se resiente. El agua potable escasea en las zonas de guerra y la contaminación hídrica es un hecho de relativa frecuencia.

Por lo tanto, estas regiones bajo enfrentamiento suelen registrar aumentos en la incidencia de patologías infecciosas, sobre todo de tipo gastrointestinal. En los niños el peligro es la deshidratación, pues los vómitos y las diarreas que no se pueden solventar con agua potable para rehidratar llevan a la muerte en la edad pediátrica.

El hambre es otro flagelo inmediato de la guerra. Los civiles se ven imposibilitados de mantener las cadenas de producción de alimentos, así como la agricultura se ve afectada por la invasión de los terrenos y la falta de agua para riego.

Las carencias de nutrientes pueden llevar a la desnutrición en el corto plazo. Las personas pasan días enteros sin alimentarse y expresan síntomas propios de las carencias de micronutrientes.

Los efectos psicológicos de la guerra

La guerra entre Rusia y Ucrania tendrá efectos en la salud mental a mediano y a largo plazo. Según registros de conflictos anteriores en el mundo, hasta el 30 % de los afectados tiene trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Las mujeres y los niños son los grupos poblacionales con peores consecuencias. Las primeras suelen ser víctimas de abusos sexuales y los segundos padecen terrores repetitivos que les impiden llevar adelante actividades normales para su edad, como asistir a la escuela.

Los refugiados y los emigrados son otro conjunto de personas con problemática de salud mental. El hecho de tener que abandonar la residencia y el hogar para salir a lo desconocido es un trauma que carga con el peso de la obligación, de no haber podido decidir ese cambio que se impone por la fuerza.

Si bien los países receptores de los refugiados intentan arbitrar los medios para brindar la mejor atención posible, lo cierto es que suelen verse desbordados. Las constantes oleadas de migrantes que Europa ha recibido en la última década, desde zonas en conflicto bélico, han demostrado que las estructuras nunca resultan suficientes para dar cobijo adecuado a las víctimas.

Y es que los números son abrumadores. En 2020 se desplazaron 82 millones de personas por la fuerza. De entre ellos, 26 millones se consideran refugiados.

Desde el año 1951 existe una Convención sobre el Estatuto de los Refugiados. Este texto de las Naciones Unidas propugna una protección especial para las víctimas que tienen que abandonar su país en razón de un conflicto bélico en su territorio.

Allí se especifica que no debe haber discriminación hacia ellas. Sin embargo, estas personas deben lidiar con la imposibilidad de conseguir trabajo en el país receptor y con el constante estigma que les recae por ser pobres y extranjeros.

Ayuda humanitaria.
La ayuda humanitaria nunca parece suficiente. Las ONGs denuncian a menudo que los recursos no dan abasto.

Las guerras no traen salud nunca

Los conflictos bélicos nunca han traído salud; este reciente enfrentamiento entre Rusia y Ucrania no será la excepción. Mientras tanto, los países limítrofes se preparan para recibir un gran contingente de emigrados.

Por su parte, las organizaciones no gubernamentales de ayuda humanitaria abogan por un cese el fuego y un entendimiento diplomático. Aunque el futuro esperanzador se ve lejos en la actualidad.

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