«Estoy aquí para disculparme con los Mets, los aficionados, la prensa, por lo que me pasó el año pasado. No tengo excusas», dijo Canó, esta semana, en una conferencia de prensa en el Clover Park de Port St. Lucie, la casa de entrenamientos primaverales de los Mets.
A Canó se le preguntó varias veces por qué usó esteroides, pero no quiso dar una explicación específica. Cuando se le preguntó qué si se atrevía a garantizar que no habría un tercer positivo en el futuro, dijo: «Bueno, estoy aquí. Es por eso que estoy aquí como hombre, para disculparme con ustedes. Fue difícil para mí el año pasado, estar en casa».
“No tenía razón (para usar sustancias), no tengo excusas”, agregó Canó, quien primero se había disculpado con sus compañeros de equipo, cuando se reportó a los entrenamientos el pasado lunes.
“Les debía una disculpa, tanto a mis compañeros, como a los fanáticos, a la organización, a la prensa, y quería hacerlo. Me disculpo porque ellos se lo merecen. Estoy aquí de frente, dando la cara, y prometo intentar hacer todo lo que sea necesario para que vuelvan a creer en mí”, dijo Canó.
El nuevo manager de los Mets, Buck Showalter, dijo que está complacido por la decisión de Canó de expresar arrepentimiento a sus compañeros y a los aficionados.
“Es algo que había que hacer, y él lo hizo», dijo Showalter. «No necesitamos que nos explique porque hizo tal o cual cosa. Todos cometemos errores. Una, dos, tres, cuatro veces”, agregó el capataz.
En noviembre del 2020, la oficina del comisionado de Grandes Ligas suspendió a Canó por los 162 juegos de la temporada del 2021, el castigo que conlleva una segunda ofensa al programa antidopaje del béisbol. El quisqueyano dio positivo a estanozolol, dos años después de que había sido castigado con 80 juegos por encontrarse en su cuerpo la sustancia furosemida, mientras jugaba con los Marineros de Seattle.
Canó fue cambiado por los Seattle Mariners a los Mets, junto al relevista puertorriqueño Edwin Diaz, en noviembre del 2018, pero las lesiones lo limitaron a 156 juegos en los primeros dos años, antes de ser suspendido.
Durante la ausencia de Canó, los Mets agregaron al torpedero Francisco Lindor, el jardinero dominicano Starling Marte, el lanzador abridor Max Scherzer, el infielder venezolano Eduardo Escobar y el relevista Adam Ottavino, entre otros, mejorando notablemente sus posibilidades de competir en los playoffs.
Canó, quien tiene pendiente dos años en el contrato de $240 millones de dólares que firmó con los Mariners en el invierno del 2013, sabe que más que una disculpa, los aficionados querrán ver una producción importante suya en el campo de juego antes de enterrar los episodios recientes.
“Me preparé bien físicamente en República Dominicana [durante la temporada muerta] para tratar de ayudar a este equipo a competir para una Serie Mundial. Es mi forma de tratar de ganarme el perdón de los aficionados”, dijo Canó.
El ocho veces Todos Estrellas y múltiple ganador del Guante de Oro se reportó a los entrenamientos sin un rol garantizado en el plan general de Showalter. La aprobación del puesto de bateador designado en la Liga Nacional expande las oportunidades del veterano en Nueva York.
“No he pensado en un rol, pero me siento bien para competir”, dijo Canó, quien batea .303 con 2,624 hits y OPS de .844 en 16 temporadas en las Grandes Ligas.
“Todo va a depender de cómo se sienta físicamente, de cómo evolucione. No puedo decir ahora mismo si jugará tantos partidos en segunda base, que tendrá tantos turnos como designados o cualquier otro rol. Apenas nos estamos preparando para la temporada”, dijo Showalter.
“Pero puedo decir que Robinson luce muy bien físicamente”, dijo el dirigente.
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