Cuatro horas después de los hechos, la jefa de Policía, Keechant Sewell, dijo a los medios que el tiroteo no se está investigando como terrorismo y señaló que “aunque ha sido un incidente violento, aparentemente nadie tiene heridas mortales como consecuencia de este caso”.
Un hombre armado que portaba una máscara antigás y un chaleco de seguridad industrial hizo estallar granadas de humo y disparó varias veces en un convoy del metro en hora pico en Brooklyn, causando heridas de bala a por lo menos 10 personas el martes, dijeron las autoridades. La policía trataba de localizar al arrendatario de un camión que posiblemente está relacionado con el incidente.
El jefe de detectives de la policía James Essig dijo que los investigadores no estaban seguros de si el hombre, identificado como Frank R. James, de 62 años, tenía alguna relación con el ataque en el metro
El ataque convirtió el metro en una escena de horror: un vagón lleno de humo en el que se hicieron al menos 33 disparos, dijo la policía. Los usuarios asustados salieron corriendo, y algunos cojeando, del tren. Al menos una persona se desplomó en el andén.
“La puerta de mi metro se abrió a la calamidad. Había humo y sangre y gente gritando”, dijo el testigo Sam Carcamo a la emisora de radio 1010 WINS. El ataque comenzó en un tren subterráneo que entraba a una estación del barrio de Sunset Park, a unos 15 minutos en tren desde Manhattan y donde viven predominantemente comunidades hispanas y asiáticas.
Cinco personas se encuentran en estado crítico, pero se espera que sobrevivan. Por lo menos 29 heridos en total fueron atendidos en hospitales por heridas de bala, inhalación de humo y otras afecciones, de acuerdo con los centros de salud.
Sewell dijo que no se investiga el ataque como terrorismo, pero que “no descartaba nada”. El móvil sigue siendo desconocido.
Las autoridades encontraron en el lugar un arma semiautomática calibre 9 mm, además de cargadores de alta capacidad, un hacha, granadas de humo detonadas y no detonadas, un bote de basura negro, un carro organizador, gasolina y la llave de un camión U-Haul, dijo Essig.
Añadió que la llave condujo a los investigadores hasta el arrendatario del vehículo, y descubrieron que tiene direcciones en Filadelfia y Wisconsin.
Los agentes dijeron que las autoridades se centraron en una persona de interés después de que la tarjeta de crédito utilizada para alquilar la vagoneta se encontró en la escena del ataque.
La vagoneta fue localizada sin ocupantes en otro lugar de Brooklyn.
Los investigadores creen que el arma se atascó, lo que le impidió al sospechoso seguir disparando, dijeron los agentes. El Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos ha completado una búsqueda urgente para identificar al fabricante, al vendedor y al propietario inicial del arma.
El atentado inquietó a una ciudad en guardia por el aumento de la violencia con armas de fuego y la amenaza siempre presente del terrorismo. Dejó a algunos neoyorquinos temerosos de viajar en el sistema de metro más concurrido del país y llevó a las autoridades a aumentar la vigilancia en los centros de transporte desde Filadelfia hasta Connecticut.
La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA por sus siglas en inglés) anunció el año pasado que había colocado cámaras de seguridad en las 472 estaciones del metro de la ciudad, señalando que pondrían a los delincuentes en una “vía rápida hacia la justicia”. Pero aparentemente las cámaras no funcionaban en la estación a la que llegó el tren.
El director del sistema de la MTA, Janno Lieber, dijo a una televisora que no sabía por qué las cámaras no funcionaban. Pero señaló que la policía tenía “un montón de opciones” de las cámaras ubicadas en otros lugares de la línea de metro para tener una imagen del perpetrador.
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