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La autoestima: 7 características psicológicas


Las personas con alta autoestima confían en sí mismas, son más felices y más exitosas. ¿Quieres descubrir qué les caracteriza? Te lo contamos.

Personas con alta autoestima: 7 características psicológicas

La autoestima es quizás el pilar más importante de nuestra arquitectura psicológica. Desde que somos niños y hasta que alcanzamos la senectud, percibirnos y valorarnos de manera positiva nos ayuda generar y aprovechar oportunidades.


Reconocer nuestra capacidad para hacer aportaciones valiosas, para influir de manera positiva en el entorno o para cuidar de nuestros intereses hace que estemos más atentos a lo que sucede en nuestro ecosistema. 

Así, estando más cerca de la realidad, también somos más capaces de sacarle partido. Pero, ¿qué caracteriza a las personas con una alta autoestima?


Podríamos definir la autoestima como la valoración emocional que hacemos de nosotros mismos. Esta surge de una autoevaluación e incluye lo que una persona piensa y siente acerca de sí misma y cómo se comporta en relación a ella. Por tanto, está asociada a si el individuo se siente digno y merecedor de amor y respeto.

Establecen relaciones de apego seguro

La autoestima está muy relacionada con el estilo de apego, y es que esta comienza a gestarse en la infancia, a partir de la relación que el bebé establece con sus figuras principales

Si estas responden a sus necesidades de forma adecuada y consistente, ofreciendo amor y respeto, el niño crece sintiéndose valioso y digno de afecto. En sus primeros años de vida aprende a confiar en sí mismo y en los demás, aprendiendo a gestionar relaciones de interdependencia.

El estilo de vinculación seguro aprendido en la infancia se traslada al resto de relaciones de amistad, de pareja y de cualquier otra índole, por lo que estas personas son capaces de sentir cercanía emocional sin caer en la dependencia. Así, disfrutan de vínculos saludables y generalmente duraderos.

Madre cogiendo en brazos a su hijo

Disfrutan de un mayor bienestar subjetivo

El bienestar subjetivo se define por las sensaciones de felicidad, placer y satisfacción vital y la ausencia de estados emocionales displacenteros.

Este bienestar, que todos deseamos alcanzar, es más accesible para las personas con alta autoestima. Y es que, dado que nosotros somos las personas más importantes de nuestra vida, mantener una buena relación con nosotros mismos nos asegura un mayor grado de tranquilidad y alegría.

Quienes gozan de una buena autoestima se sienten más satisfechos con quienes son y, por tanto, logran apreciar en mayor medida sus logros, cualidades y oportunidades. Algo que se traduce en una mayor presencia de emociones positivas.

Gozan de mejores relaciones sociales

Para relacionarnos adecuadamente con los demás, necesitamos sentir confianza en nosotros mismos. Es esta seguridad la que nos permite ser auténticos, mostrarnos genuinamente sin miedo al rechazo y sin necesidad de colocarnos una máscara para aparentar.

Así, las personas con alta autoestima no necesitan esconderse ni defenderse, no suelen sentir ansiedad al interactuar socialmente y logran relacionarse desde posiciones equilibradas y satisfactorias. El amor y el respeto que sienten por sí mismas lo trasladan a los demás, y es también lo que esperan recibir a cambio. Por ende, es poco probable que se involucren o permanezcan en vínculos tóxicos y dañinos.

Son más optimistas y resilientes

La persona que se sabe valiosa, digna y merecedora ve su futuro más abierto y brillante. La confianza en sí misma le permite esperar buenos resultados, ya que sabe que cuenta con las capacidades para lograr lo que se proponga. Además, es más probable que se centre en aquellos aspectos que funcionan en su vida, y en el modo de mejorar los que no funcionan, en lugar de estancarse en el victimismo y la autocompasión.

Por otro ladocuando aparecen adversidades, las personas con alta autoestima son más capaces de atravesarlas, aprender de ellas, recuperarse y salir fortalecidas. Y es que al tenerse a sí mismas, al estar dispuestas a cuidarse y acompañarse amorosamente, logran realizar los procesos más rápidamente y con menos sufrimiento.

Son asertivas

La asertividad implica ser capaces de relacionarnos con los demás desde una posición equilibrada, en la que no tratemos de imponernos ni tampoco nos dejemos subyugar. Y, para esto, es imprescindible contar con una buena autoestima.

Quienes la poseen, logran expresar sus deseos, emociones, opiniones y necesidades con firmeza pero con respeto. Saben establecer límites y no recurren ni a la sumisión ni a la agresividad para mantener sus vínculos.

Aprenden de sus errores y son capaces de asumir retos

Solemos pensar que las personas déspotas y egocéntricas que nunca admiten sus errores tienen una alta autoestima; pero esto no es así. Quien se aprecia y se valora a sí mismo de forma genuina lo hace con sus luces y sus sombras, no necesita aparentar ser perfecto y es capaz de asumir sus fallos y afrontar las críticas.

Dado que comprenden que el error forma parte del camino, no le temen; por el contrario, aprenden de sus tropiezos y se levantan con una fuerza renovada. El buen autoconcepto que poseen les permite asumir retos, sabiendo que serán capaces de alcanzar su meta y que, si esto no sucede, habrán extraído valiosas lecciones en el camino.

Son autónomas, responsables y desenvueltas

Por último, podemos inferir el nivel de autoestima de una persona observando cómo se hace cargo de su propia vida. Y es que generalmente estos individuos son autónomos, resueltos e independientes; se valen por sí mismos y se hacen responsables de su situación y de sus acciones.

Cuando falta autoestima, la persona se percibe a sí misma como débil e incapaz y por ello tiende a buscar en otros la aprobación o el soporte que no obtiene desde dentro.

Mujer trabajando la proactividad

Todos podemos ser personas con alta autoestima

Como ves, gozar de una buena autoestima reporta numerosas ventajas a nivel personal y social. Por ello es una dimensión que se trabaja de manera directa o indirecta tantas veces en consulta.

Sin embargo, no todos hemos tenido las condiciones adecuadas para formarnos una imagen positiva de nosotros mismos. Por desgracia, son muchas las personas que no han tenido un maestro, una ayuda para identificar todo lo bueno que hay en ellas. Es más, no son pocas las que han tenido personas a su alrededor que se han esforzado en hacerles ver todo lo contrario.

Si este es tu caso, has de saber que puedes trabajar tu autoestima. Para ello será necesario que analices qué concepto tienes de ti mismo, cómo ha llegado a formarse y qué necesitas cambiarlo. Existen diversas pautas y herramientas que pueden ayudarte a mejorar tu autoestima; sin embargo, contar con ayuda profesional es el mejor modo de alcanzar tu objetivo. Por ello, si sientes que lo necesitas, no dudes en comenzar este trabajo personal, los resultados no se harán esperar.

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

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