En la contienda acudió una pírrica cantidad de votantes al punto de que en la mayoría de colegios electorales no hubo necesidad de que se hicieran filas.
La Junta de Elecciones de Nueva York comenzó a ofrecer los resultados poco después de las 9:00 de la noche cuando se cerraron las urnas.
Espaillat obtuvo el 81.1%% con 28.833 votos frente a sus rivales, el activista Michael Hano del Partido Social Demócrata y el dominicano Francisco Spies (hijo) con el 95% de los votos escrutados.
Hano obtuvo el 12.8% alcanzando 4,656 votos y Spies, un 6.2% obteniendo 2,267 electores.
Debido a su sólido liderazgo, la reelección de Espaillat estaba asegurada..
En la contienda más crucial en el distrito 31 por el senado estatal, el incumbente afroamericano Robert Jackson se reeligió con el 58.2% consiguiendo 9,628 papeletas derrotando a Vásquez quien obtuvo el 32.9% con 5,435 votos y la cerrada batalla por el distrito senatorial 33 en El Bronx, el actual incumbente, Gustavo Rivera de ascendencia boricua venció a la abogada dominicana Miguelina Camilo.
Rivera obtuvo el 52.2% con 5.562 votos y Camilo un 47.8% apoyada por 5.095 votantes.
Además de Vásquez, en el distrito 31 fueron vencidos por Jackson los activistas Rubén Darío Vargas que alcanzó 655 votos para el 4% y Castellanos obtuvo el 4.9% con 817 votaciones.
Vásquez fue derrotado a pesar del respaldo masivo del presidente del condado de Manhattan, Mark Levine y la presidenta de El Bronx, Vanessa Gibson quienes sumaron a todos los concejales y concejala, y varios asambleístas estatales que integraron su equipo dirigidos por Espaillat.
El congresista cargó sobre sus hombros la campaña de Vásquez, con un contingente de voluntarios trabajando día y noche como miembros del Club Demócrata por un Cambio en el Norte de Manhattan y organizando manifestaciones en las calles de respaldo al derrotado.
La más reciente manifestación se realizó el sábado en la avenida Sherman, donde Espaillat denunció que Jackson mantenía una campaña sucia contra Vásquez y añadió que como estaba en las cuerdas, el senador reelecto se desesperó, advirtiéndole que “es pa fuera que va”.
El vaticinio se encontró con la mayoría de votantes demócratas que desde el inicio de la campaña no se inclinaron por Vásquez prefiriendo mantener a Jackson en el escaño.
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