El carbón es la fuente principal del país, hasta tal punto que el consumo de este combustible en los hogares polacos constituye el 77% del total de la Unión Europea. Y pese a que el presidente Andrzej Duda aseguró a la población que el país dispone de suficiente carbón para los próximos 200 años, la realidad es que Polonia depende en gran medida del carbón importado de Rusia, por lo que la prohibición de importar carbón ruso está creando un déficit.
Este déficit lo corroboran datos de Piotr Siergiej, un vocero de la organización ecologista Polski Alarm Smogowy (Alerta Polaca de Smog) que señala que un 60% de los hogares no disponen de suficiente carbón para pasar el invierno. Y ante esta situación, muchos recurren a buscar fuentes de combustible alternativas, y a menudo peligrosas para la salud y el medioambiente. "La gente está asustada y están recogiendo todo que puede ser utilizado para quemar", explica Siergiej
El mismo partido aprobó el mes pasado en la asamblea regional de Malopolska retrasar hasta principio de 2024 la entrada en vigor de la ley que prohíbe las calderas domésticas, de manera que ahora en esta región, cuya capital es Cracovia, está permitido calentar los hogares con cualquier tipo de combustible, desde carbón hasta basura.
La quema de combustibles no convencionales ha provocado casos como el de Nowy Sacz, 100 kilómetros al suroeste de Cracovia, donde este año los servicios municipales están recogiendo menos basura que en el mismo periodo del año pasado. Y eso tiene consecuencias en la calidad del aire en una localidad que en 2021 fue reconocida como la ciudad con el aire más contaminado de Europa de entre las 334 monitorizadas por la Agencia Medioambiental Europea.
"Estamos viendo un descenso significativo en la recogida de basura, especialmente cuando se trata de materiales teóricamente adecuados para quemar, como el papel, el cartón y embalajes", constató Ludomir Handzel, el alcalde de Nowy Sacz, que, consciente del peligro que esto supone, señala que los residentes que "tratan de envenenarnos a nosotros y a nuestros niños" serán multados.
Polonia ocupa el segundo lugar en la UE, por detrás de Bulgaria, en casos de mortalidad prematura vinculada con la contaminación del aire. Una tendencia que la quema de basura para calentar las hogares no hará sino empeorar, sin que las autoridades estatales pongan mucho de su parte para solucionar el problema. Kamil Sukiennik, activista de Alerta Polaca de Smog, acusa al Gobierno de haberle "declarado la guerra" a él y a "toda la comunidad que se preocupa por la limpieza del aire".
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