El oficial, con un arma de alto calibre en manos, rompe botellas y vasos utilizados por ciudadanos que están en el bar. Se ignora de la fecha del audiovisual, pero por la queja del uniformado, al parecer el establecimiento violaba la hora de restricción para la venta de bebidas.
“Apaguen la mierda, coñazo, coño (…) To´el mundo pa´fuera, (…) mama … Empieza a montar motores ahí…”
¿Para imponer el orden es necesario ofender la dignidad de los ciudadanos que pagan con sus impuestos el salario de ese comandante y demás miembros de la Policía Nacional?
Son recurrentes las actitudes arbitrarias de los miembros de la Policía Nacional, cuyas misiones, según su ley orgánica, 590-16, es la de “proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las personas”, así como “garantizar el libre ejercicio a los derechos y libertades”.
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