Cuatro sospechosos clave en el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse fueron transferidos a Estados Unidos para enfrentar proceso penal en momentos en que el caso se estanca en Haití en medio de amenazas de muerte que han atemorizado a los jueces locales, anunciaron funcionarios estadounidenses el martes.
Entre los sospechosos que se encuentran ahora detenidos por el gobierno estadounidense se incluye a James Solages y Joseph Vincent, quienes tienen nacionalidad haitiana y estadounidense, y que fueron dos de los primeros detenidos luego de que Moïse recibiera 12 disparos en su residencia privada cerca de la capital Puerto Príncipe el 7 de julio de 2021.
Otro de los acusados es Christian Emmanuel Sanon, un pastor, doctor y empresario de edad avanzada a quien las autoridades han identificado como un actor clave. Sus allegados han insinuado que fue engañado por los verdaderos autores materiales del asesinato, que siguen sin ser identificados.
El magnicidio hundió al país en un profundo caos político y desató un nivel de violencia por parte del crimen organizado que no se había visto en varias décadas. El cuarto sospechoso fue identificado como el ciudadano colombiano Germán Rivera García, quien fue uno de los cerca de 20 exsoldados colombianos que enfrentan cargos relacionados con el caso.
Rivera, junto con Solages y Vincent, enfrenta cargos de asociación delictuosa para cometer un asesinato o secuestro fuera de Estados Unidos, y de proporcionar apoyo material y otros recursos con resultado de muerte, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Sanon está acusado de asociación delictuosa para contrabandear artículos hacia Estados Unidos y de presentar información de exportación ilegal. Documentos de la corte afirman que supuestamente envió 20 chalecos blindados a Haití, pero la descripción del cargamento decía “chalecos médicos de rayos X y suministros escolares”.
De momento se desconoce si los cuatro sospechosos tenían abogados que pudieran comentar al respecto.
Los acusados tienen programada una comparecencia ante un tribunal federal el miércoles.
En total, siete sospechosos en el caso se encuentran ahora detenidos en Estados Unidos. Decenas más continúan en la penitenciaría principal de Haití, la cual está sumamente hacinada y a menudo carece de alimentos y agua para los reclusos.
El caso se encuentra prácticamente estancado en Haití, donde las autoridades locales nominaron el año pasado a un quinto juez para que investigue el asesinato después de que los cuatro anteriores fueron destituidos o renunciaron por motivos personales.
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