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Factores que te ayudarán a conservar la memoria



El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es la forma más común de demencia en los adultos mayores y se desarrolla gradualmente con el tiempo. Y existen una serie de hábitos que pueden ser útiles para evitar su aparición (o prevenir que aparezca de forma prematura).

Se desconoce la causa exacta del Alzheimer, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. Actualmente, no existe una cura para la enfermedad, pero hay tratamientos que pueden retrasar su progreso y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Además, existen una serie de hábitos saludables que pueden ser de bastante ayuda a la hora de proteger la memoria y evitar su aparición.

 ¿Quieres descubrir cuáles son? Toma nota.

Estos hábitos son ideales a la hora de proteger la memoria y prevenir el Alzheimer

Un reciente estudio, publicado en The BMJ, ha encontrado que combinar una serie de comportamientos saludables pueden ayudar positivamente a la hora de retrasar el deterioro de la memoria.

La alimentación es fundamental a la hora de frenar el deterioro del Alzheimer

Hay evidencia científica que sugiere que una dieta equilibrada y saludable puede ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. 

Algunos de los componentes de una dieta saludable que se han relacionado con una reducción del riesgo de Alzheimer incluyen las frutasverduras y granos integrales, además de los ácidos grasos omega-3 que encontramos en pescados grasos como el salmón.

Al mismo tiempo, es importante evitar ciertos alimentos y estilos de vida poco saludables que se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, como la ingesta excesiva de grasas y azúcares, falta de ejercicio, y el tabaco y el alcohol en exceso.

La alimentación es fundamental a la hora de frenar el deterioro del Alzheimer

Hay evidencia científica que sugiere que una dieta equilibrada y saludable puede ayudar a prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. 

Algunos de los componentes de una dieta saludable que se han relacionado con una reducción del riesgo de Alzheimer incluyen las frutas, verduras y granos integrales, además de los ácidos grasos omega-3 que encontramos en pescados grasos como el salmón.

Al mismo tiempo, es importante evitar ciertos alimentos y estilos de vida poco saludables que se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, como la ingesta excesiva de grasas y azúcares, falta de ejercicio, y el tabaco y el alcohol en exceso.

Actividad cognitiva

Escribir, leer, jugar a las cartas o a otros juegos al menos dos veces por semana es el segundo comportamiento saludable que más repercute en la memoria por detrás de la dieta.

Seguir tramas de ficción es un ejercicio que fortalece la memoria de trabajo o funcional, distinta de la memoria a corto plazo (que almacena temporalmente algo, como un número de teléfono, que se puede olvidar después) o de la memoria episódica, que abarca cosas como los recuerdos de la infancia.

La memoria funcional es la que utilizamos para trabajar con la información que tenemos y es a la que todos deberíamos dar prioridad. Si se la deja a su aire, la memoria empieza a decaer de forma natural a partir de los 30 años, por lo que aboga por practicarla a diario. Esta memoria tiene vínculos con la inteligencia, la concentración y el desempeño.

Hacer ejercicio regularmente


Hacer ejercicio durante más de 150 minutos a la semana a intensidad moderada o más de 75 a intensidad vigorosa es el tercer factor más relevante en este estudio.

El entrenamiento con ejercicios aeróbicos puede disminuir el declive en la función cerebral, especialmente en pacientes con Alzheimer, sugieren estudios como este.

El ejercicio modifica la química del cerebro. Puede cambiar los neurotransmisores asociados con la depresiónla ansiedad y el estrés, así como los químicos asociados con el aprendizaje. Estos cambios pueden mejorar el estado de ánimo, la resistencia al estrés y las funciones del cerebro como la velocidad de procesamiento, la atención, la memoria a corto plazo y la flexibilidad cognitiva.

No beber alcohol

Un creciente número de investigaciones indican que no hay una cantidad considerada “segura”. Los últimos estudios relacionan el consumo de alcohol, incluso si es muy moderado, con siete tipos de cáncer, al margen de su incidencia en la memoria. Así que sobran razones.

No fumar

No haber fumado nunca o ser exfumador es otro factor importante en relación a la memoria (y a la salud en general).

Contacto social

El contacto social al menos dos veces por semana es el sexto comportamiento saludable. Incluye actividades como visitar a familiares y amigos, asistir a reuniones o ir a fiestas.

Muchos adultos mayores caen en un aislamiento perjudicial para su salud física, mental y emocional. Compartir con otros en esta etapa de la vida no sólo se convierte en una puerta hacia el disfrute, sino también en una poderosa herramienta para mantenerse sano.

Numerosos estudios sugieren que las personas que participan en sus comunidades, a través de actividades en organizaciones locales o el voluntariado, podrían tener una mejor saludPor ejemplo, los adultos mayores que son voluntarios son menos propensos a tener presión arterial alta o enfermedad cardiovascular, se enfrentan a un menor riesgo de deterioro cognitivo e incluso pueden vivir más tiempo.Tras tener en cuenta los factores que podían afectar a los resultados, los investigadores descubrieron que cada comportamiento saludable individual se asociaba a un deterioro de la memoria más lento que la media a lo largo de 10 años.

Las personas con el gen APOE que llevaban una vida sana en general también experimentaron un deterioro de la memoria más lento que las que llevaban una vida menos sana.

En conjunto, las personas que tenían entre cuatro y seis conductas saludables o entre dos y tres tenían casi un 90% y casi un 30% menos de probabilidades, respectivamente, de desarrollar demencia o deterioro cognitivo leve en relación con las que eran menos saludables.

Se trata de un estudio observacional, con posibilidad de errores de medición debidos a la autodeclaración de los factores del estilo de vida. Pero el largo periodo de seguimiento permitió evaluar los factores individuales del estilo de vida sobre la función de la memoria en un amplio plazo de tiempo.

Hipertensión, diabetes y colesterol

En su informe titulado “Reducción del riesgo de declive cognitivo y demencia”, la OMS, el principal organismo de salud internacional se refería al tratamiento para la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes como elementos efectivos para retrasar la demencia, un mal que afecta a unas 50 millones de personas en el mundo. 

La cifra se triplicará en 2050, según las estimaciones de la OMS, que indica que la demencia es una causa principal de dependencia y discapacidad entre los adultos mayores.

Los hispanos tienen un riesgo mayor que los blancos de sufrir esta enfermedad y otros tipos de demencia, de acuerdo con los datos de la Asociación del Alzheimer. La longevidad y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares podrían explicar ese fenómeno.

Trabajada Por Juana Mercedes

Fuente:https://espanadiario.tips





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