Aseguro que constituye un logro muy significativo para el país y para los transportistas dominicanos, debido a que nosotros como sector habíamos reclamado esa medida desde la entrada en vigencia de la ley 63-17, sobre tránsito.
Sabemos que esta disposición implicara un costo individual para cada conductor, pero es lo más conveniente para la ciudadanía porque con esa medida se van a sacar de las vías públicas las denominadas chatarras del concho.
Entorpecen la circulación vehicular y que tanto contaminan el medio ambiente, además de que luego, en una segunda etapa se podrán utilizar los fondos establecidos para la renovación del parque vehicular del transporte público de pasajeros y de cargas, que fue creado mediante la ley 253-12 con un impuesto a la gasolina y al gasoil premium y que será utilizado un 75% para el reparación de la red vial y su mantenimiento y un 25% para la sustitución de los vehículos del transporte público de pasajeros de cargas, que se encuentran en malas condiciones.
Según expresa Mario Díaz sin la inspección técnica vehicular no es posible que se realice el cambio de la flota vehicular del transporte de pasajeros y de cargas y por eso es que la inspección técnica vehicular es una medida oportuna y atinada que tenemos que apoyar, aún con el sacrificio económico que implique para cada conductor el marbete de inspección técnico vehicular.
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