La agencia de la ONU anunció esta campaña pocos días antes del Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo).
La OMS, que se inspira de una iniciativa suya en Kenia, dará microcréditos a campesinos de países africanos y latinoamericanos para que sufraguen sus deudas con la industria tabacalera y puedan dedicarse a otro tipo de cosechas.
Además de sus efectos nocivos para la salud de fumadores y agricultores, el cultivo de tabaco supone un problema para la seguridad alimentaria.
«Un número récord de 349 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda. En paralelo, 3,2 millones de hectáreas de tierras en 124 países se utilizan para cultivar tabaco», denunció el doctor Ruediger Krech, director del departamento de Promoción de la Salud de la OMS, durante una rueda de prensa en Ginebra.
La agencia de la ONU expresó su preocupación por el hecho de que cada vez más empresas tabacaleras se instalan en países africanos, donde los cultivos dedicados al tabaco aumentaron un 15% desde 2005.
«A menudo se considera que los cultivos de tabaco son importantes para el crecimiento económico, pero en realidad se trata de un mito», sostuvo Krech, quien recordó que su aportación «no resulta superior al 1% del PIB» en cinco países pobres, como Malaui, Mozambique, Zimbabue, Tanzania y Macedonia del Norte.
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