Tan épica ha sido la lucha que el presidente de la DNCD, José Manuel Cabrera Ulloa, afirmó que los más de 9 millones 400 mil gramos de diferentes drogas incautadas bajo su gestión superan más de siete veces los confiscados desde 2016 a 2020.
Las estadísticas plantean sus interrogantes, sin negar la contundencia de los golpes al narcotráfico. De todas formas no deja de llamar la atención que los responsables del negocio insistan en utilizar el territorio como trampolín para transportar cocaína a Estados Unidos y Europa.
La droga confiscada en el multimodal, escondida en cajas de guineos, tenía como destino Bélgica y Holanda. No deja de llamar la atención que en lugar de replegarse el narco se torne más desafiante y que los puntos en que mayores decomisos se realizan sean Barahona, Baní, Higüey y La Romana, así como el multimodal Caucedo.
Cabrera Ulloa tendrá que abocarse a una profunda investigación para determinar si el narcotráfico cuenta con alguna estructura de civiles y militares que le presta apoyo.
En el pasado se dijo que altos oficiales protegían las operaciones de narcotraficantes solicitados en extradición por Estados Unidos. Esa investigación puede tornar más exitosa la lucha contra el narco de la que se ufana el presidente de la DNCD.
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