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Dominicana mató el chino en Santo Domingo agotó una larga e intensa travesía por cinco países


La dominicana que mató a un chino en Santo Domingo salió corriendo del país huyendo de las autoridades, y agotó una larga e intensa travesía por cinco países antes de ser finalmente atrapada en España, según la Policía Nacional.

El hecho ocurrió en abril de 2022, cuando Francelys Furcal Rodríguez acuchilló y mató al chino. Cometido el hecho, la mujer supo esconderse dentro del país, luego se dio a la fuga y anduvo rodando por varias naciones, con el apoyo financiero de un concubino y sus parientes.

Burló a las autoridades. No es detectada en el aeropuerto por donde se va en junio de 2022. Buscada activamente por las autoridades, se camufla, hace maniobras, troca su identidad, aplica cambios profundos en su rostro, y así puede volar lejos de su tierra.

El primer destino es Colombia, un país generoso que no le pide visa a los dominicanos. La entrada es abierta a la cumbia y a los demás encantos de esa nación.

La mujer aterriza en Medellín acompañada por otra persona. Pero no se queda en esa ciudad: se marcha y llega a Pereira, donde se esconde durante 41 días ansiosos. No puede quedarse en el país: sabe que su destino es vagar y errar lo más que puede. Si permanece mucho tiempo en un país, podría levantar sospechas y hacer que le echen manos. Tiene que cuidar sus pisadas, para no caer en las garras de la policía.

Con la conciencia de su errancia cainista, alza vuelo y haciéndose pasar por una colombiana, el 2 de agosto aterriza en Sao Paulo, allá en Brasil, donde vive días de apuro. La estadía es breve y fugaz: apenas cinco días.

El 7 de ese mismo mes abandona Brasil con rumbo a Doha, Qatar. Arriba a París y luego sigue su travesía hasta llegar a Barcelona, donde finalmente queda atrapada. Fin del itinerario.

Ahora enfrentará a la justicia dominicana, donde será llevada para que responda por un homicidio que se viralizó en su momento y que despertó cierta solidaridad con ella. Sin embargo, al darse a la fuga y desaparecerse, ese escape desató sospechas y se ha confirmado lo que algunos sospechaban: que ella tenía un gran padrino-concubino guiando sus apresurados pasos.

Lo primero fue que duró dos meses escondida en su propio país, sin ser descubierta. Lo segundo fue que pudo camuflar y arreglar sus papeles, sacar pasaporte y alzar el vuelo. Lo tercero fue que pudo salir por un aeropuerto sin ser detectada. Lo cuarto fue pudo burlar

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