En un artículo, los expertos señalan que, “de cara al futuro, hay razones para creer que la República Dominicana puede mantener su alto crecimiento. El personal del FMI estima un crecimiento potencial del 5 por ciento anual, similar al promedio de los últimos 50 años”.
Según el Ministerio dominicano de Hacienda, en el texto se reconoce que “la economía dominicana ha sido una de las más dinámicas y resilientes del continente americano en las últimas dos décadas y ha experimentado una notable recuperación tras la pandemia, respaldada tanto por las sólidas políticas adoptadas por las autoridades como por efectos secundarios positivos de la economía mundial”.
Asimismo, se destaca el notable y rápido progreso del país en términos de convergencia de ingresos, lo que supone la reducción de diferencias entre las economías más ricas y las más pobres.
“República Dominicana ha exhibido la velocidad de convergencia promedio más alta o ‘cambio azul’ en América Latina en los últimos 50 años”, indican los especialistas, que detallan que en ese tiempo dicha velocidad ha aumentado de un promedio de 3 puntos porcentuales a casi 8 puntos porcentuales por década.
Los buenos datos son resultado de diferentes factores, como la implementación de políticas sólidas sobre todo por parte del Banco Central, las mejoras en el marco político, una base de exportaciones más diversificada y la flexibilidad estructural de la economía a las condiciones globales cambiantes.
También los autores se refieren a la reducción de la pobreza y la desigualdad en el país caribeño: el progreso “ha impactado a la familia dominicana promedio, cuyo poder adquisitivo se ha cuadruplicado en los últimos 50 años, lo que le ha permitido disfrutar de una mejor calidad de vida y mayores oportunidades económicas”.
Tras la última visita a República Dominicana de una delegación del FMI en junio pasado para recabar información y analizar la situación y las políticas económicas con las autoridades, el organismo recomendó enfocar sus políticas a corto plazo en mantener la estabilidad macroeconómica y financiera y avanzar con las reformas estructurales para impulsar “un crecimiento inclusivo y resiliente”, de acuerdo con un comunicado emitido entonces.
La misión manifestó que las perspectivas económicas de República Dominicana son positivas, aunque los riesgos a la baja dominan en el corto plazo.
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