En el contexto de las relaciones bilaterales entre la República Dominicana y Haití, el tema del desvío del río Masacre se ha erigido como una preocupación prioritaria que requiere una atención especial.
Durante su gestión como ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, mi padre, Orlando Jorge Mera, jugó un papel importante en la mediación y conciliación de la situación cuando iniciaron las labores de construcción para el desvió, no solo en defensa de las cuestiones ambientales y económicas que ello implicaba, sino también por consideraciones de soberanía y derechos constitucionales.
De conformidad con el Derecho Internacional, este río es catalogado como un río internacional, siendo estos los que cumplen con la particularidad de ser fuentes acuíferas que funcionan como límite fronterizo y divisorio entre estados. Durante las negociaciones sostenidas en el año 2021, con la naturaleza diplomática y conciliadora que tanto lo caracterizaba, mi padre trabajó de la mano con la Cancillería parasolicitar al gobierno haitiano el cumplimiento del Tratado Fronterizo firmado el 21 de enero de 1929 entre los expresidentes Horacio Vásquez y Luis Borno, el cual fue ratificado en 1936 por Rafael Truijllo y Sténio Vincent.
Mi padre enfatizó bastante en la necesidad de cumplir tanto con dicho Tratado, como con la jurisprudencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos, ya que a ambas naciones les beneficia la protección de esta cuenca hidrográfica.
A los fines de contribuir con los esfuerzos de negociación de la cancillería y en apoyo rotundo de la posición de defensa adoptada por la República Dominicana, mi padre puso a disposición del Ministerio de Relaciones Exteriores todos los técnicos especializados en la materia con los que cuenta el Ministerio de Medio Ambiente.
La estrategia de mi padre se basó en la promoción de un diálogo constante con las autoridades haitianas lo cual fue esencial para mantener vías abiertas de comunicación y buscar soluciones mutuamente beneficiosas que respetasen el derecho internacional y los compromisos bilaterales existentes. Todo ello, manteniendo una posición firme sobre la autoridad del gobierno dominicano para defender sus recursos ambientales y territorio.
Tras un periodo de cese de operaciones, estas fueron reanudadas, lo que ha llevado al escenario en el que nos encontramos hoy.
La gestión del presidente Abinader ha sido diligente en enfrentar esta situación. Al mismo tiempo, ha enfatizado ante la comunidad internacional la importancia de la colaboración para que Haití alcance un nivel de institucionalidad democrática que permita mantener la paz y el estado de derecho en el país vecino.
Por: Orlando Jorge Villegas
ojorge@jvmediagroup.com
Fuente:https://elnacional.com
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