El ala más dura capitaneada por Italia, Francia y Países Bajos, pide que se haga más, incluso que se detenga a las embarcaciones en el mar, a pesar de las dudas de que pueda contravenir el derecho internacional.
Mientras, con las llegadas de migrantes y las solicitudes de asilo que han marcado récords este año, los países de la Unión Europea intentan cerrar cuanto antes el pacto de migración que debe negociarse con la Eurocámara.
Un pacto imperfecto
En Bruselas, todos asumen que no es un acuerdo perfecto, pero es lo mínimo a lo que pueden aspirar los países. Mientras Polonia y Hungría se niegan a tener ninguna política común y rechazan cualquier acuerdo, la Comisión apuesta por los pactos firmados con países de origen y tránsito.
Como el firmado con Túnez, a pesar de la controversia y las dudas por los Derechos Humanos, la firma de acuerdos con terceros países es de las pocas cuestiones en las que hay consenso.
Sentimiento de urgencia
La Comisión Europea cree que cerrar el acuerdo de migración está más cerca que nunca. Existe una sensación de urgencia en Bruselas, en que se teme que si no se se cierra antes de las elecciones al Parlamento Europeo será imposible que se pueda hacer en el futuro.
Especialmente, con un posible auge de la extrema derecha que impida cualquier pacto.
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