El líder demócrata de 46 años fue mortalmente herido por disparos en la cabeza mientras su caravana atravesaba las calles abiertas del centro de Dallas, Texas. Este trágico episodio sigue envuelto en un velo de misterio y teorías de conspiración que han perdurado a lo largo de los años.
Los disparos resonaron en un momento en que la comitiva presidencial creía que su visita a Texas, un estado considerado hostil para Kennedy, había sido un éxito. Acompañado por su joven y popular esposa, Jackie.
El presidente viajaba en un descapotable, disfrutando del cariño y los saludos de los ciudadanos de Dallas que salieron a las calles para recibirlo. El día soleado proporcionaba el escenario perfecto.
Sin embargo, la tragedia golpeó repentinamente con tres disparos. Jackie se vio obligada a gatear sobre el baúl del automóvil, mientras el cráneo de Kennedy quedaba destrozado. La carrera frenética hacia el Hospital Parkland de la ciudad resultó en vano.
Tan solo dos horas después de los disparos, Lyndon B. Johnson prestaba juramento en el aire, convirtiéndose en el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Hoy, al recordar este sombrío aniversario, la sombra de la conspiración y el misterio aún envuelve la trágica muerte de John F. Kennedy, dejando un legado que ha perdurado en la memoria colectiva.
Social Buttons