De esa cantidad enorme de falleci dos, 167 eran estadounidenses (158 pasajeros y 9 tripulantes), 68 dominicanos, 5 indonesios, 3 taiwaneses, 2 autralianos, 2 brasileños, 2 canadienses, 2 franceses, 1 alemán, 1 haitiano, 1 israelí, 1 italiano, 1 japonés, 1 mexicano, 1 de Países Bajos, 1 británico y 1 suizo.
Los dominicanos regresarían a su país para visitar familiares y pasarse las navidades. Sin embargo, lo que sería un jubiloso reencuentro se volvió una siniestra pesadilla. La N14053, de American Airlines, fue la aeronave que se precipitó en tierra y voló en mil pedazos.
De inmediato se dispararon las especulaciones. Todas decían que el accidente fue obra de los cómplices de los terroristas que habían despedazado a las Torres Gemelas dos meses antes, el 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, las investigaciones establecieron que se trató de un siniestro y de un horror accidental. De hecho, ha sido el segundo accidente más catastrófico en la historia de la aviación de Estados Unidos en lo que va de siglo.
Más de dos décadas después, amigos y familiares recuerdan a las víctimas con tristeza y dolor. Las lágrimas continúan.
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