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El presidente de Estados Unidos: Joe Biden Sale a la luz informe refleja serias dudas sobre su memoria y capacidad cognitiva


El presidente de Estados Unidos,  Joe Biden,  salió  a  la luz un informe sobre el manejo de documentos clasificados el cual refleja serias dudas sobre su memoria   y capacidad cognitiva, aunque no recomienda que sea imputado.

El informe, elaborado por un fiscal independiente nombrado por el equipo del propio presidente Biden, concluye que este último retuvo una serie de documentos clasificados pero no indica que haya cometido un delito grave.

Según indica el diario ABC, existe una parte del informe de grandes consecuencias en año electoral, cuando los votantes ya han expresado en sondeos su preocupación por la avanzada edad del presidente, que tiene 81 años. 

Tiene que ver con lo que  Biden recuerda o no. Donald Trump tiene 77 años y recientemente, en varios discursos, ha confundido nombres de mandatarios internacionales y rivales políticos. Llegó hasta a decir que Nikki Haley, que le disputar las primarias, estaba a cargo de la seguridad del Capitolio, algo falso.

Hace un año, la policía judicial de EE.UU., el FBI, registró durante más de 12 horas la casa de Biden en Wilmington, ciudad de Delaware, y encontró documentos clasificados, de los que se incautó, junto con unas notas manuscritas. El registro de hizo a invitación del propio Biden, por el hallazgo desde noviembre de papeles clasificados, que debería haber entregado a los archivos nacionales, en un despacho y en su garaje.

Lo que dice el informe sobre Biden

El nuevo informe revela que «la memoria del Sr. Biden estaba significativamente limitada, tanto durante unas entrevistas grabadas con un escritor anónimo en 2017, como en su entrevista en nuestra oficina en 2023». «Su cooperación con nuestra investigación, incluyendo el informar al gobierno que unos documentos sobre Afganistán estaban en su garaje en Delaware, probablemente convencería a un jurado de que cometió un error inocente, en lugar de actuar de manera intencional, es decir, con la intención de infringir la ley, como requiere el estatuto», añade, justificando la decisión de no presentar cargos.
Problemas de memoria.

Añade: «No recordaba cuándo fue vicepresidente, olvidando en el primer día de la entrevista cuándo terminó su mandato (si ‘fue en 2013, ¿cuándo dejé de ser vicepresidente?’), y olvidando en el segundo día de la entrevista cuándo comenzó su mandato (‘en 2009, ¿todavía soy vicepresidente?’). Además, no recordaba, ni siquiera dentro de varios años, cuándo murió su hijo Beau. Y su memoria parecía borrosa al describir un debate sobre Afganistán que alguna vez fue tan importante para él».

Biden fue senador por Delaware entre 1973 y 2009. Fue vicepresidente entre 2009 y 2017. Su hijo Beau Biden murió de cáncer cerebral en 2015.

Hace un año, el fiscal general, Merrick Garland, le encargó la investigación del caso al fiscal especial Robert Hur, un veterano del Departamento de Justicia.

Biden se dedicó a dar clases y a negocios privados desde el final de su vicepresidencia en 2017 hasta que lanzó su campaña a la presidencia en 2019. Su hijo Hunter Biden mantuvo lucrativos negocios en el extranjero, en lugares como Ucrania y China, algo que los republicanos quieren investigar ahora que han recuperado el poder en la Cámara de Representantes, una de las dos del Capitolio.

Durante la investigación, los agentes que trabajaban para el fiscal Hur investigaron archivos, notas y grabaciones del presidente en una serie de entrevistas con un escritor anónimo que le ayudó en sus memorias. La fiscalía ha hallado que Biden sabía que ese material era clasificado.

«Las pruebas muestran que el Sr. Biden sabía que los cuadernos contenían información clasificada. El Sr. Biden escribió información obviamente sensible discutida durante sesiones informativas de inteligencia con el Presidente Obama y reuniones en la Sala de Situación de la Casa Blanca sobre asuntos de seguridad nacional y política militar y exterior», asegura el informe, de 388 páginas.}

En 2016, durante la campaña presidencial de Hillary Clinton, el Departamento de Estado anunció una investigación sobre su manejo de correos electrónicos cuando era secretaria de Estado. Después el FBI investigó el manejo de información clasificada en relación con una servidor de correo electrónico privado cuando ejercía el cargo, equivalente al de jefa diplomática.

Aunque el FBI no recomendó cargos penales contra Clinton, el asunto afectó a la campaña electoral porque Trump lo convirtió en uno de sus caballos de batalla. 

El republicano defendió que el manejo de los correos electrónicos por parte de Clinton planteaba preocupaciones sobre su idoneidad para el cargo de presidenta, mientras ella respondía que fue un tema exagerado y políticamente motivado.

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