Dada la historia conjunta de las dos naciones que comparten una misma isla en el Caribe, además de los conflictos sociales y diplomáticos que suelen producirse por el tema fronterizo, la idea de establecer un puente aéreo puede resultar inquietante para algunos sectores a ambos lados de la isla La Española.
Para explicar con precisión de qué se trata el establecimiento de un puente aéreo entre dos países, indagamos sobre la materia:
Primeramente, si consultamos el Diccionario de la Real Academia Española encontraremos que un puente aéreo consiste en una: «Comunicación frecuente y continua que, por medio de aviones, se establece entre dos lugares para facilitar el desplazamiento de personas y mercancías del uno al otro».
Mientras que en términos militares, un puente aéreo es, valga la redundancia, una operación militar en la que se toma un área hostil o amenazada y luego es asegurada para permitir el aterrizaje de aeronaves que transporten nuevas tropas, equipos y armamento. Pero también puede utilizarse como punto de reaprovisionamiento de combustible, para operaciones relámpago o evacuaciones.
Aunque lo típico de estas operaciones es que se realicen mediante un asalto rápido con tropas aerotransportadas y helicópteros, existe una vertiente táctica en la que el puente aéreo se puede definir como una operación logística con la que se pretende el aprovisionamiento de un área, ya sea por motivos económicos o de otra índole.
Esta última vertiente sería la que se establecería entre República Dominicana y Haití, dadas las deplorables condiciones en que se encuentra la población de ese país asediado por una ola de violencia por parte de bandas que controlan amplias zonas del territorio dificultando la administración de terminales aéreas y marítimas que permitan la entrada de alimentos.
Es de esta manera que los puentes aéreos se utilizan en momentos en que determinadas zonas o países necesitan el apoyo aéreo para aliviar alguna situación perjudicial para la población.
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