Buck y Levin, dos catedráticos de farmacología de la Facultad de Medicina de Weill Cornell, en Nueva York, publicaron un reciente artículo científico en Nature y abrieron las puertas del descubrimiento. Experimentando con ratones, lograron inmovilizar espermatozoides por 3 horas, evitando que los animales fueran fecundos con sus parejas sexuales por ese periodo.
¿Sería posible avanzar hasta lograr una pastilla anticonceptiva masculina que funcionase en humanos? Eso visualizan como futuro los especialistas.
Si los ensayos en ratones se pueden replicar en humanos con el mismo grado de eficacia, entonces este podría ser el enfoque anticonceptivo masculino que hemos estado buscando.
¿De qué se trató el estudio?
Desde la aparición de los anticonceptivos hormonales femeninos, el campo de la anticoncepción humana en mujeres creció notablemente. Tanto en conocimientos como en productos disponibles en farmacias. Sin embargo, no sucedía lo mismo con los varones.
Ante la inquietud, Buck y Levin comenzaron a buscar alternativas válidas que evitaran lo hormonal. Es decir, querían un método confiable para los varones, pero sin tener que recurrir al bloqueo de la testosterona.
Con conocimiento de la existencia de una proteína llamada adenil ciclasa soluble o sAC, Levin le pidió a Buck que la busque y la aísle en el laboratorio. Buck, por supuesto, lo logró. La sAC es fundamental para la maduración de los espermatozoides y para lograr que los mismos tengan la motilidad adecuada que les permita alcanzar el óvulo y fecundar.
En el laboratorio de Cornell, cuando los ratones eran modificados genéticamente para tener déficit de esta proteína, se volvían infértiles. Pero todavía faltaba más. En 2018, Melanie Balbach ingresó como estudiante de posdoctorado allí y bloqueó la sAC en los ratones con una sustancia especial. El resultado: los espermatozoides de los animales no podían propulsarse hacia delante.
Así aparece el germen de lo que hoy sería la primera pastilla anticonceptiva masculina no-hormonal y a demanda. Su nombre técnico es TDI-11861.
La comprobación con ratones
El informe publicado en Nature da cuenta de la demostración que se hizo con TDI-11861. Una serie de ratones machos fueron medicados con la sustancia y otro grupo funcionó como control, medicados con un placebo.
Los animales tratados realizaron 52 intentos de apareamiento con ratones hembra y no lograron fecundarlas por 3 horas. Al contrario, el grupo medicado con placebo fecundó alrededor del 30 % de las hembras.
Pasadas las 24 horas, los espermatozoides recuperaban la movilidad. Y desde que se aplica la sustancia, el tiempo de demora hasta la inmovilización inicial del esperma es de 30 minutos.
El enfoque descrito aquí, para eliminar una enzima clave en el esperma que es crítica para el movimiento de los espermatozoides, es una idea novedosa. El hecho de que pueda actuar y revertirse con rapidez es emocionante.
La pastilla anticonceptiva masculina no es la única
Como bien comentamos, la búsqueda de una pastilla anticonceptiva masculina se enmarca en investigaciones de décadas que quieren dar con un método apto para los varones. La novedad de este reciente descubrimiento es la vía no-hormonal.
No obstante, ya existe una opción que sí se basa en el uso de hormonas. Se trata de la marca comercial Nestorone ®. Es una progestina sintética que se usaría como gel, aplicándose en los hombros. Tras su absorción, bloquearía la producción espermática.
Las dificultades con este gel están en la necesidad de usarlo con constancia para lograr el efecto y en que, si se suspende, pierde acción a corto, mediano y largo plazo. También están las dudas sobre sus consecuencias hormonales, puesto que podría afectar otros mecanismos de funcionamiento del cuerpo.
A pesar de ello, Nestorone ® está ya en pruebas humanas. Quizás, en poco tiempo tengamos noticias sobre su aprobación gubernamental para la comercialización. Tras los fracasos pasados con píldoras para varones que tuvieron elevada tasa de efectos adversos, pareciese que se aproxima una nueva era.
Una pastilla anticonceptiva masculina es un cambio de paradigma
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), los métodos anticonceptivos masculinos son la vasectomía y el preservativo. El resto es para las mujeres y, en concreto, el único capaz de prevenir las infecciones de transmisión sexual es el condón.
La revolución de la anticoncepción femenina modificó el mundo. Todavía hoy vivenciamos los efectos que se derivaron de la libertad que adquirieron las mujeres para decidir cuándo concebir.
La existencia de una pastilla anticonceptiva masculina con las características que posee la TDI-11861 es otra revolución. Si lo pensamos con detenimiento, estamos ante un método a demanda y reversible. El varón podría tomar la píldora antes de tener relaciones sexuales y recuperar su fertilidad al día siguiente.
En términos sociales, somos testigos de un nuevo paradigma que se avecina. Las pruebas en humanos están a la vuelta de la esquina y el desarrollo comercial para poner esta opción a disposición es ya un futuro que se vislumbra posible.
Fuente:https://mejorconsalud.as.com
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