El disco recoge el proceso personal y profesional que ha vivido la artista colombiana desde su ruptura del exfitbolista español Gerard Piqué en el 2022 tras 12 años juntos, donde la música ha sido su terapia y una forma de desahogo.
Cada edición del álbum en acetato, diamante (transparente), rubí (rojo), esmeralda (verde) y zafiro (azul), representa un atributo de la cantante.
"Yo creo que el factor principal de todo este proceso ha sido la transformación de todas esas emociones intensas que he vivido en creatividad. Todo lo que transmutó, todo lo que se transformó, a través de un proceso casi al químico", explicó Shakira en una entrevista con Andrea Legarreta.
"Transmutar el dolor en resiliencia y la vulnerabilidad en fuerza y la rabia y la negación en aceptación y quizás una mirada más positiva hacia adelante. Ese ha sido mi proceso en lo personal y en lo artístico y escogí como símbolo de este proceso estas gemas", continuó.
Diamante: Resiliencia, la capacidad de afrontar con fuerza las adversidades y adaptarse a ellas.
Esmeralda: Piedra de Colombia, país natal de Shakira, además de representar la confianza que adquirió para hacerle frente al momento que estaba viviendo.
Rubí: Pasión, un sentimiento que ha protagonizado este tiempo de su vida de diferentes maneras.
Zafiro: Vulnerabilidad, cualidad que la ha caracterizado y ha mostrado sin miedo y con la que otras mujeres en el mundo se han identificado
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