Entre el 8 de marzo y el 9 de abril, 94.821 personas abandonaron la capital debido al recrudecimiento de los ataques de las pandillas, buscando refugio principalmente en los departamentos del Gran Sur, que ya albergan a 116.000 desplazados.
A pesar de que estas cifras no reflejan todo el flujo migratorio, la OIM alerta sobre la falta de infraestructuras adecuadas en las provincias de destino y la escasez de recursos en las comunidades receptoras para hacer frente a este masivo éxodo desde la capital.
Se ha observado un preocupante fenómeno: si bien inicialmente eran principalmente desplazados internos los que abandonaban la capital, con el tiempo, incluso aquellos que no habían sido desplazados previamente están optando por marcharse, lo que indica un empeoramiento de la situación en Puerto Príncipe.
La mayoría de las personas que huyen lo hacen debido a la violencia, y una gran proporción afirma estar dispuesta a quedarse fuera de la capital «el tiempo que sea necesario».
Haití, el país más pobre de América, ha sido golpeado por la pobreza, desastres naturales, inestabilidad política y la persistente violencia de las pandillas durante décadas, exacerbando aún más la difícil situación de la población.
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