Ayer, durante la presentación de resultados correspondientes al primer trimestre de 2024, la compañía anunció que dejará de compartir las cifras totales de suscriptores a partir del año que viene; salvo en los casos puntuales en los que se supere un umbral particularmente destacable. Esta declaración llega en otro ejercicio marcado por el crecimiento (9.3 millones de clientes) y los beneficios (2,300 millones de ingresos netos).
Netflix inicia un nuevo capítulo en su historia, que pondrá el foco en nuevos indicadores de éxito y guardará sus otras estrategias bajo llave.
La decisión de dejar de compartir las cifras de suscriptores es, para la compañía, una mera medida adaptativa a las actuales condiciones empresariales y de mercado. Desde fuera se vio como un intento de protegerse a futuro; con un indicador clave para dimensionar el peso de la compañía.
Durante el primer trimestre del año, Netflix incorporó 9,3 millones de clientes al servicio, lo que sitúa la cifra total en 269,6 millones de suscriptores globales.
Las aportaciones por territorios han sido de 2,9 millones por parte de EMEA, 2,53 millones de Estados Unidos y Canadá y 2,16 millones del área Asia Pacífico.
Los beneficios de Netflix aumentaron 14.8% con respecto al año anterior, situándose en los 9,370 millones. Los ingresos netos, por su parte, alcanzaron los 2,300 millones, un 77% más con respecto al mismo período de 2023.
Durante 15 años las cifras de suscriptores han sido el termómetro de salud de la compañía. En un negocio como la suscripción, con un beneficio directo por cliente tan reducido; el crecimiento era una señal clave del potencial de la compañía, especialmente en la etapa en la que todavía no había conseguido entrar en el umbral de beneficios.
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