La situación humanitaria en el territorio palestino es crítica, a punto de cumplirse seis meses de guerra entre Israel y Hamás, desencadenada tras un ataque sin precedentes del movimiento islamista en suelo israelí el 7 de octubre.
La respuesta de Israel, que ha lanzado una campaña militar masiva contra el enclave, ha causado por ahora 33.091 muertos, sobre todo civiles, según el último balance de las autoridades de Hamás.
La presión internacional es cada vez mayor contra el gobierno israelí, y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigió este viernes el cese de la venta de armas a Israel, invocando el riesgo de «genocidio» en Gaza.
El presidente estadounidense, Joe Biden, planteó el jueves por primera vez condicionar su apoyo a Israel a la puesta en marcha de «medidas específicas, concretas y mensurables» frente a la catástrofe humanitaria en el enclave.
El gabinete de seguridad israelí aprobó «medidas inmediatas» para aumentar el ingreso de ayuda humanitaria a la población civil, declaró el viernes la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Tras este anuncio, Washington dijo esperar «resultados» en los próximos días y semanas, en palabras del secretario de Estado Antony Blinken.
Estados Unidos quiere asegurarse que la ayuda llega «de forma efectiva» a los que más la necesitan, «casi el 100%» de la población en Gaza, agregó.
Acceso «temporal»
Israel autorizará el ingreso «temporal» de ayuda a través del puerto israelí de Asdod, a unos 40 km al norte de la Franja de Gaza, y por el paso de Erez, también en el norte del enclave.
Las autoridades israelíes también permitirán «el aumento de la ayuda jordana» por el paso de Kerem Shalom, en el sur del territorio palestino.
La guerra estalló tras el letal ataque de Hamás en suelo israelí, en el que murieron 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un nuevo recuento de AFP a partir de datos oficiales.
Los combatientes islamistas capturaron también a más de 250 personas, de las cuales 130 siguen retenidas en Gaza, incluidas 34 que habrían fallecido, según las autoridades israelíes.
Israel prometió «aniquilar» a Hamás y lanzó una implacable ofensiva aérea y terrestre en Gaza, gobernada por el grupo islamista desde 2007.
Biden urgió también a Netanyahu a alcanzar un «alto el fuego» con Hamás, en un contexto de tensión ante una posible operación terrestre israelí en Rafah, donde se hacinan 1,5 millones de personas desplazadas por los combates.
Los servicios de prensa de Hamás informaron el viernes de bombardeos y disparos de artillería israelíes en la Franja, sobre todo en Rafah y Jan Yunis, también en el sur.
En Jan Yunis, el ejército israelí dijo haber destruido «una infraestructura terrorista subterránea» y localizado armas.
Según el ministerio de Salud de Gaza, 56 cadáveres fueron trasladados a los hospitales, en su mayoría de niños, mujeres y ancianos.
Reunión del Consejo de Seguridad
La muerte el lunes de siete cooperantes de la oenegé estadounidense World Central Kitchen (WCK), fundada por el chef español José Andrés, en un bombardeo israelí, aumentó el descontento internacional.
El ejército israelí admitió el viernes una serie de «errores» en el ataque.
El equipo a cargo de los drones que bombardearon los vehículos cometió «un error de apreciación operacional de la situación», después de haber visto a un supuesto «hombre armado de Hamás» disparar desde el techo de uno de los camiones del convoy de la oenegé, según una investigación interna del ejército.
Tras la tragedia, WCK anunció que suspendía sus operaciones en Gaza. Y también lo hizo la organización española Open Arms, que había colaborado con ella en el primer envío de un barco con ayuda humanitaria este mes.
Varias oenegés internacionales, como Médicos Sin Fronteras, Oxfam y Save the children International alertaron que les es casi imposible trabajar en el enclave.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este viernes para abordar la situación de los trabajadores humanitarios en Gaza y el riesgo de hambruna en el territorio.
Ante las dificultades de llevar ayuda por vía terrestre, muchos países efectúan lanzamientos de víveres por aire pero la ONU insiste en que estos métodos no deben sustituir a los accesos por carretera.
Social Buttons