Acompañada de una decena de mujeres que portaban pancartas donde se podía leer «Exigimos prisión para el director del Liceo Unión Panamericana» o «Que se investigue ya a los funcionarios del Ministerio de Educación involucrados», Montero expuso cronológicamente la persecución a la que está siendo sometida.
Según su versión, este acoso empezó con el objetivo de expulsarla de la escuela por «asuntos políticos», ya que «todo el mundo tiene una simpatía política, y nosotros como gremial de la cooperativa también tenemos una simpatía».
La profesora señaló que la primera querella que interpuso contra Batista fue por unos comentarios donde dijo de Montero que «era vieja y tenía que jubilarme», además de mandar a los estudiantes a faltar el respeto y romper un cristal de su vehículo.
Al ver que no tuvo éxito, meses después se produjo el primer acoso sexual, a pesar de que el expediente solo señaló que la tocó, algo que la hizo perder más de 6 kilos.
Montero destacó que la investigación de este incidente se convirtió en un complot en contra de ella, pues, valoró, en el sector de la educación hay gente involucrada que está «protegiendo a este perverso».
Según denuncia la profesora Rodríguez Montero, pasado el tiempo y en el comedor de la escuela se produjo la segunda acción de acoso sexual.
«Estaba buscando la comida de un compañero cuando llegó y me volvió a echar mano para que me doliera», relató antes de explicar que era una trampa de Evangelista porque «tenía un paparazzi tirando fotos y me dijeron que me estaban grabando todo».
Actualmente, Montero resaltó el apoyo que el Ministerio de la Mujer le está dando, pero cuando está en la calle se encuentra «indefensa» y tiene «miedo».
Rebeca Henríquez, presidenta de la Red Internacional de Mujeres LÍderes en Acción, indicó a los medios de comunicación que se están investigando estos hechos y que acudirán a la escuela porque «ya hemos visto a otras personas que han denunciado a este centro por causas similares».
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