Las zonas más afectadas por la violencia de las bandas armadas fueron Solino, Delmas 24 o Nazon, por lo que numerosas personas -cargadas con sus pertenencias en maletas, mochilas y bolsas y con niños de la mano o en brazos- intentaban hoy escapar de esas áreas.
Ante la posibilidad de nuevos ataques, EFE pudo comprobar en la vecina zona de Delmas 22 cómo estas familias se marchaban en su mayoría a pie, aunque algunas también a bordo de motocicletas cargadas de maletas.
Aunque el ambiente hoy es de aparente normalidad, son claramente visibles las señales dejadas por la violencia de la noche anterior- casas quemadas, automóviles incinerados, comercios vandalizados, farolas en el suelo o postes de la luz dañados, entre otras muchas muestras. También podían verse en las calles numerosos casquillos de bala, testimonio de los tiroteos de la violenta madrugada.
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