Abogado, empresario y hoy reconvertido en artista plástico, el único hijo vivo del presidente estadounidense, fue declarado culpable el martes de mentir en la compra de un arma de fuego en 2018, cuando firmó un documento asegurando que no consumía drogas prohibidas.
La acusación recalcaba que Hunter, de 54 años, «sabía que él era consumidor de crack o (que era) dependiente». Sin testificar, se declaró inocente. Su abogado aseguró a los jurados que «ya no consumía drogas» en el momento de comprar el arma.
Por su parte, Joe Biden, que aspira a la reelección en noviembre, nunca se expresó en detalle sobre los enredos judiciales de su hijo y siempre le ha manifestado su respaldo y amor paterno.
Este martes, tras el veredicto, el mandatario volvió a asegurar que «respetará» las decisiones y el curso de la justicia y que no le otorgará indulto presidencial a Hunter.
«Jill (Biden, la Primera Dama) y yo mismo estaremos siempre ahí para Hunter (…). Eso no cambiará jamás», reafirmó Biden y repitió que «amaba» a su hijo y que estaba «orgulloso» de él.
«Soy el presidente, pero también soy padre», dijo Biden en un comunicado. «Muchas familias en las cuales alguno de sus miembros lucha contra las adicciones pueden entender el orgullo que se siente al ver a alguien a quien se ama salir de ellas y ser fuerte y resiliente en la recuperación».
Hunter también es blanco de acusaciones en el Congreso por el Partido Republicano, vinculadas a su pasado como hombre de negocios.
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