“Una peligrosa ola de calor afectará a gran parte del oeste, mientras que el calor opresivo y la humedad también sofoca áreas desde las llanuras del sur hasta el Atlántico Medio”, informó el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) en su último boletín.
Las altas temperaturas se concentran sobre todo en el interior y norte de California, con los termómetros oscilando entre los 40,5 y los 46,1 grados.
Los equipos de socorro se encuentran desplegados en el condado californiano de Butte, el más afectado por la ola de calor, donde se declaró el estado de emergencia en respuesta a un incendio que desde el martes por la noche ha arrasado más de 1.200 hectáreas “y obligado a evacuar a miles de residentes”, informó en un comunicado el gobernador de California, Gavin Newsom.
Mientras, en ciudades como Los Ángeles o San Francisco se han activado protocolos con la apertura de los llamados “centros de enfriamiento” para escapar del calor excesivo y ofrecer un refugio con aire acondicionado a miles de sintecho en las horas de mayor incidencia.
El NWS estimó “condiciones de calor peligrosamente alto durante un periodo largo” en zonas como el valle de Owens, en el este de California, donde el mercurio podría alcanzar los 43,8 grados.
En el colindante estado de Nevada, ciudades como Las Vegas, Pahrump y Barstow superarán en los próximos días los 45 grados, mientras que en el Parque Nacional del Valle de la Muerte se espera que no bajen de los 50.
Se presume que más de 110 millones de personas de 21 estados del país se encuentran bajo amenaza de “advertencias y avisos relacionados con el calor”, según el NWS.
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