Los fiscales generales de Florida, Misuri y Texas presentaron demandas individuales para evitar la entrada de observadores federales a sus estados.
Los dos primeros tuvieron sus recursos desestimados por los tribunales, mientras que en Texas el fiscal general logró un acuerdo con el Departamento de Justicia para prohibir que los observadores puedan entrar a los centros de votación este martes.
«Solo Texas maneja las elecciones en Texas y no vamos a ser intimidados por el Departamento de Justicia«, escribió el fiscal general del estado, el republicano Ken Paxton en un comunicado anunciando el acuerdo, «ningún agente federal podrá interferir con las elecciones libres y justas en Texas«.
Los observadores deberán permanecer por fuera de los centros de votación y de conteo, a una distancia de 30 metros. Sin embargo, los votantes pueden hablar con los abogados observadores si lo desean, según estipula el texto del acuerdo entre el gobierno estatal y el federal.
El Departamento de Justicia desplegó este martes decenas de funcionarios a 86 jurisdicciones en 27 estados de todo el país para supervisar que se respete el acceso al voto de los ciudadanos durante los comicios.
Uno de estos sitios es el condado de Bexar, al sur de Texas, donde viven más de dos millones de personas. El sheriff del condado, Javier Salazar, indicó a EFE que considera al Departamento de Justicia como un «buen aliado«
«No me puedo imaginar por qué alguien no querría que a más funcionarios para ayudarnos a garantizar que los comicios sean seguros«, indicó Salazar.
El sheriff reconoció a su vez que en esta jornada electoral hay un nivel de ansiedad elevado en comparación con los comicios de 2020, pero indicó que el condado tiene a agentes desplegados en toda la región para asegurarse de que el día transcurra con tranquilidad.
Los comicios generales de este año han estado marcados por la propagación de teorías de conspiración sobre la integridad de las elecciones, promovidas por legisladores republicanos y el propio candidato a la presidencia, Donald Trump.
La idea sin fundamento de que miles de migrantes indocumentados intentarán votar en estas elecciones ha llevado a que autoridades en varios estados, incluyendo Texas, hayan decidido «purgar los registros electorales», en algunos casos dejando sin el derecho al voto a ciudadanos estadounidenses.
A su vez, funcionarios de inteligencia de EE.UU. han enviado alertas internas a diferentes agencias del gobierno federal sobre la amenaza de grupos extremistas con la intención de irrumpir en el proceso electoral.
Según documentos publicados por la ONG de transparencia Property of the People, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha alertado sobre un incremento en la amenaza de «violencia electoral» motivada por las .
El republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris se disputan este martes la presidencia de Estados Unidos en una reñida contienda electoral que marcará el rumbo de la primera potencia mundial durante los próximos cuatro años.
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