Los niños que son diagnosticados con síndrome de Down viven en algunos casos una realidad caótica en el ámbito social, con limitaciones que comprometen a toda la familia.
Los padres y cuidadores de esta población aseguran que esto se torna más difícil cuando estos son rechazados en los lugares que ofrecen servicios públicos y privados, como centros educativos y de salud.
Estas familias también afrontan los altos costos de los medicamentos para tratar las afecciones físicas o cognitivas de este segmento poblacional, por lo que necesitan de más lugares especializados para su tratamiento.
Recientemente fue inaugurado en Santo Domingo Norte un nuevo Centro Educativo Integral de la Asociación Dominicana de Síndrome de Down, con el propósito de garantizar una educación inclusiva y de calidad, e impactar a aproximadamente 150 personas con esa condición.
El síndrome de Down es una condición congénita que afecta el desarrollo del bebé, quien tras su nacimiento enfrenta un desafío de por vida.
Sin embargo, esta no es una enfermedad ni un padecimiento, y las organizaciones que defienden este sector anhelan lograr que estas personas sean reconocidas y respetadas, para brindarles un mejor espacio en la sociedad.
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