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Divididos en varios frentes de combate, los dominicanos defendieron con valentía su territorio. Antonio Duvergé tuvo la responsabilidad de supervisar las diferentes posiciones estratégicas durante la batalla del 19 de marzo, mientras que el general Pedro Santana organizó una sólida línea de defensa que se extendía desde el Camino del Barro, en el noroeste, hasta Los Conucos, en el suroeste.
En el Fuerte de Resolí, el comandante Nicolás Mañón dirigió una resistencia clave con 200 hombres, quienes lograron frenar el avance de las tropas haitianas que atacaban por el Camino del Barro. A pesar de la feroz defensa, Mañón resultó herido de muerte.
Los invasores no contaban con la tenacidad y el espíritu de lucha de los azuanos, quienes, armados con machetes, fusiles, armas blancas y piedras, enfrentaron con ferocidad a las tropas de Charles Hérard, sembrando el terror en las filas enemiga
El general Pedro Santana, al mando de un ejército de 2,500 soldados, combatió con determinación y logró derrotar al Ejército haitiano, que contaba con más de 30,000 soldados, organizados en tres grupos de 10,000 hombres cada uno.
Las figuras clave en la batalla del 19 de marzo fueron Buenaventura Báez, Francisco Soñé, José Leger, Manuel Mora y Vicente Noble, quienes lucharon incansablemente, consiguiendo así la primera gran victoria militar de la República Dominicana y consolidando la independencia recién proclamada.
Este enfrentamiento histórico dio origen a la célebre frase “Azuanos tirapiedras”, en honor a la valentía del pueblo de Azua, que defendió su suelo con los recursos que tenía a su alcance.
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