Las mordeduras se produjeron en una comunidad de Santiago, puntualizó el organismo en un comunicado.
Además, se implementaron medidas de control en la comunidad, como la vacunación masiva de animales domésticos y el monitoreo epidemiológico para prevenir la propagación del virus.
El Ministerio de Salud enfatizó que la prioridad es proteger a la población y evitar la transmisión de la enfermedad, dado que los hurones, al ser animales salvajes, no pueden ser vacunadas.
El control de foco antirrábico, luego de una agresión, incluye un levantamiento para identificar a posibles personas que hayan tenido contacto con el animal infectado.
A estas se les aplica el esquema de vacunación en varias dosis y se les da seguimiento médico constante. Asimismo, se vacuna a los animales en la zona afectada y se mantiene una supervisión estricta para garantizar la seguridad de la comunidad, agregó la información.
Para el diagnóstico de la rabia animal, las muestras de los animales agresores se envían al Laboratorio Nacional de Salud Pública Dr. Defilló.
Cada provincia cuenta con hospitales y puntos de vacunación antirrábica para atender a personas expuestas a mordeduras de animales domésticos o silvestres.
La rabia es una enfermedad grave, pero puede prevenirse si se actúa a tiempo. Las mangostas, al ser animales salvajes, pueden portar el virus y transmitirlo a perros, gatos y humanos si llegan a morderlos, precisó Salud Pública.
La mangosta o hurón es una especie de mamífero carnívoro que fue introducido en varias islas del Caribe, como Cuba y Puerto Rico, a finales de 1800, con la finalidad de controlar las ratas que afectaban los cultivos de caña de azúcar, dice en su página web el Museo Nacional de Historia Natural.
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